Expropiación forzosa para todos los vecinos. Ésa es la decisión que ha adoptado el Estado al respecto de las urbanizaciones ubicadas en la ladera derecha del embalse de Yesa, sobre la presa, y que se vieron afectadas hace 17 meses por un fuerte deslizamiento, obligando al desalojo de más de la mitad del centenar de viviendas totales.
El Ministerio de Medio Ambiente, organismo del que depende la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), volverá a rizar el rizo con el proyecto de recrecimiento del pantano de Yesa. Ahora, tal y como expusieron ayer desde el Ministerio a la comisión y asesores de los vecinos de Yesa afectados por los deslizamientos de la ladera derecha, el Estado pretende expropiar de manera forzosa las propiedades de las 103 familias de las urbanizaciones Lasaitasuna y Mirador de Yesa que tenían sus residencias en la ladera afectada por serios deslizamientos.
Se recurre a dicho procedimiento por vincularse esta expropiación al interés general de una obra pública como el recrecimiento, que ahora debe ser modificado de nuevo (ya ha sufrido tres modificados, el primer proyecto para recrecer Yesa se aprobó en 1983 y en mayo de 2001 se iniciaron las obras).
Controlado ya ese movimiento del terreno, y asumida por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que las obras del recrecimiento del embalse han sido “concausa” del movimiento, el Ministerio de Medio Ambiente informó este martes a los vecinos de la urbanización Lasaitasuna, la más numerosa de las dos, que las casas serán expropiadas en los próximos meses, obligando a la salida de todos de la zona.