María Montserrat González Fernández, de 55 años, detenida por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, y madre de otra arrestada, ha confesado a la Policía que cometió el crimen por «inquina personal». Montserrat González ha admitido que ya había intentado matar a Isabel Carrasco varias veces y que el móvil del delito obedece a venganza y rencor. «La he matado por cómo ha tratado a mi hija», aseguran fuentes de la investigación que se ha escuchado decir a la mujer.
Una policía local de León entregó este martes a la Policía el arma con la que fue asesinada Isabel Carrasco. La mujer quedó detenida y después fue puesta en libertad pero implicada, todavía sin cargos, y está pendiente de declaración ante la Policía y ante el juez. Esta agente local se puso en contacto el martes por la noche con un investigador de la Policía Nacional para contarle que, después del crimen, la hija le entregó un paquete que contenía la pistola homicida.
Se está investigando el papel de esta mujer en el crimen pero, por el momento, la presunta autora material del crimen sigue siendo la madre, ya que la prueba de parafina confirmó que había restos de pólvora en sus manos. También queda por saber si este arma pertenece al inspector jefe de Astorga, marido y padre de las detenidas.
La Policía Nacional tiene ya en su poder el arma utilizada supuestamente para asesinar a Isabel Carrasco, la presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular en aquella provincia. Se investiga si el arma pertenece al inspector jefe de Astorga, que ha pedido un cambio de destino, y que siempre ha negado que tenga una segunda pistola además de la reglamentaria. El arma es un revólver que coincide con el calibre de las balas que mataron a la líder del PP leonés.
Según el informe preliminar, se efectuaron tres disparos, alguno de ellos en la nuca o en la cabeza porque la autopsia revelaba «destrucción de centros nerviosos superiores».
