A las diez menos cuarto de la mañana de este sábado, la Infanta Doña Cristina ha llegado muy sonriente en un coche a la puerta del Juzgado de Palma de Mallorca para declarar ante el juez José Castro, que la ha citado como imputada por un supuesto delito fiscal y de blanqueo.
Doña Cristina llegó directamente desde el aeropuerto de Son San Joan, procedente de Barcelona. Su abogado, Miquel Roca, que había llegado a la isla el día anterior, acudió a recogerla al aeropuerto y ambos llegaron en el mismo vehículo al Juzgado. Los otros abogados, Jesús Silva, Pau Molins y Jaume Riutort, ya se encontraban en las dependencias judiciales.
La hija menor de los Reyes llegó muy sonriente, saludó tres veces con un «buenos días» y entró rápidamente a las dependencias judiciales. Doña Cristina va vestida con pantalón gris azulado y americana de terciopelo en azul.
La Infanta accedió al Juzgado bajo estrictas medidas de seguridad y ante un centenar de medios de comunicación que llevaban dos horas aguardando su llegada. Doña Cristina ha llegado al Juzgado aparentemente mucho más serena de lo que estaba Iñaki Urdangarín en su primera declaración ante el juez. Tal y como habían asegurado personas de su entorno, entre ellas su abogado Jesus Silva, Doña Cristina estaba tranquila. Además, otras fuentes aseguran que tenía ganas de que terminara lo antes posible esta fase del caso Nóos.
