Es probable que la organización asesina ETA excrete en los próximos días un comunicado para celebrar la indignante e infame sentencia del Tribunal de Estrasburgo, tal y como sí hizo en julio de 2011 para vanagloriarse públicamente de los buenos resultados de su nueva marca electoral y de que «Euskal Herria» hubiera «ganado la batalla política e ideológica de la ilegalización».
En cualquier caso, todos observamos, sin necesidad de comunicado alguno, como hacen mofa y befa de las instituciones democráticas y de las víctimas que además, tras la ultrasónica y fulgurante liberación de la criminal Inés del Río, debió ser un segundo asesinato para todas ellas.
Esta insólita e inaudita rapidez contrasta con la desidia del Gobierno a la hora de impedir su ejecución. La deserción de Rajoy no es tanto jurídica o procesal -que también- sino de índole moral y política. De hecho, con un presidente como Rajoy, que cuando se le ha preguntado por la sentencia se ha referido literalmente al tiempo, lo menos que se puede decir es que el Gobierno «se quiere lavar las manos como Pilatos», tal y como ha denunciado el presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero.
Y puesto que tanta atención se pone a lo dictaminado en Estrasburgo, bien haría el Gobierno en recordar el aval de este tribunal a la Ley de Partidos y a la sentencia de ilegalización de Batasuna y acabar de una vez con la burla que a esa ley y a esa sentencia supone la permanencia de los proetarras en las instituciones.
Mucho me temo lamentablemente que el Gobierno del PP con su Presidente a la cabeza siga al pie de la letra lo acordado en el proceso de rendición de Zapatero y Rubalcaba con la ETA, continuando con los pagos políticos y por adelantado.
Vergonzoso, seguimos sin reaccionar, dejamos que el este país se hunda económicamente y, no contentos con esto, los asesinos terroristas camparán libremente sin extrañarme que se metan a políticos, cobrando de los impuestos de los españoles, incluidos los familiares de las víctimas, sin considerarse españoles y alardeando de sus asesinatos…¿Qué más esperamos de todos los que nos representan?
Los políticos no dejan de darnos disgustos. Los asesinos múltiples no deberían salir nunca de la cárcel.