Ayer se aprobó la Ley de Educación (LOMCE) llamada coloquial, política y socialmente la “Ley Wert”. El PP hizo gala de su mayoría absoluta para aprobarla y esta vez no ha sido para tapar la corrupción o hacer leyes opacas que la disimulen. Pero a la oposición no le ha gustado. A pesar de que mayoría absoluta es otorgada por los votantes y, guste o no, la democracia es democracia. Es dramático que, tras más de un año, no se haya conseguido ningún apoyo
Todos los partidos en contra y las dos abstenciones de UPN y Foro de Asturias. La abstención del “ni sí ni no, sino todo lo contrario”. Pero ¿no es una Ley recentralizadora y que ataca a la lengua cooficial en aquellas comunidades en las que existe?
Hay otra cosa que me llama poderosamente la atención y es que hubo un compromiso electoral por parte del PP, en el que se aseguró que suprimiría la asignatura de Educación para la Ciudadanía, aquella que tanto clamor social produjo contra el Gobierno de Zapatero. No sólo no la ha suprimido, sino que la ha sustituido por otra de las mismas características. Y hoy nada se dice al respecto, ni en la Ley, ni en los sectores sociales que, con tanta preocupación y alarma, reivindicaban su supresión haciendo uso de la Objeción de Conciencia. Objeción que pasaba por la cruel decisión gubernamental de contabilizar la asignatura en la media académica. ¿En qué ha quedado aquello?
Y lo más lamentable es que el discurso, frente a la Ley Wert, sea el del tratamiento de la lengua cooficial frente a la oficial, la “centralización” o si ha sido o no por imposición. Lo que se necesita es una Ley digna para la educación de nuestros hijos, una ley que perdure en el tiempo y que no esté supeditada, continuamente, al vaivén del gobierno de turno.
El silencio silente llama profundamente la atención.
Directora de Navarra Información
Si la izquierda española y los nacionalistas, son la alternativa al desastroso nivel educativo que hay hoy en día, que Dios nos coja confesados. Rubalcaba, que no es alternativa, porque es artífice principal del desastre educativo actual. Cayo Lara, cuyo concepto de educación pasa por el monolito marxista alrededor del cual nada crece. El Tardá de ERC, un secesionista al que lo único que le interesa es la educación separatista en el odio a España, no creo que mucho la de todos los españoles. Y el otro de Amaiur, el de balonmano del Teka cuando se apellidaba Recondo, lo mismo que el Tardá pero en vasco, y para colmo defensor de una banda terrorista.