La campaña electoral catalana se está convirtiendo en una repetición de las campañas electorales que hace ya algunos años se daban en la Comunidad Autónoma Vasca y en Navarra.
Unas campañas donde algunos partidos sufrían la ira y el odio de los violentos. Basta ver estos días las redes sociales, ya que los medios de comunicación lo silencian, para comprobar que lo que ocurría hace pocos años vuelve a reproducirse.
Actos de violencia y miradas para otro lado de algunos. PP y PSOE, en lugar de promover propuestas anodinas típicas de unas elecciones y que no llevan a nada, deberían, todos a una, plantar cara a los violentos.
El PSOE a sus socios de gobierno, los nacionalistas, que azuzan a los violentos. El PP, en lugar de mirarse al ombligo, apoyar sin paliativos a quienes son atacados. Y Ciudadanos igual.
Asistimos a una repetición de comportamientos, de violencia y de odio que hay que atajar.
Más bien, contra los violentos, firmeza, unión y menos «buenísmos».