Este lunes, el presidente del gobierno canario, Paulino Rivero, firma un artículo de opinión en diariodeavisos.com, un diario digital canario (Canaria de Avisos S.A. -CANAVISA-), donde recuerda su visita, este fin de semana, al País Vasco y su amigable charla con Íñigo Urkullu, a quien pone de ejemplo por abogar «por un nuevo modelo basado en la soberanía compartida». Mientras continúa denunciando el «humillante trato colonial» del Gobierno central al archipiélago, Paulino Rivero pide precisamente «la soberanía compartida» para Canarias. «Canarias aspira a un reconocimiento expreso en la Constitución de su hecho diferencial. Así lo defiendo, y así se recoge en la ponencia ideológica de Coalición Canaria de 2012».
Según Rivero, en sus relaciones con la «intransigencia del Estado» hay que «actuar con firmeza aunque en ocasiones la defensa de una posición desemboque en conflicto». El diálogo y, en su defecto, la firmeza y el conflicto, deben ser, según Rivero, «la relación del Estado con los distintos territorios», especialmente «con Canarias, siendo como somos el pueblo con mayores especificidades del Estado». Por este motivo pide que se encare un «proceso de reforma constitucional».
Para el presidente canario, «debemos tender a una soberanía que geográficamente ya poseemos, una soberanía que nos permita avanzar en las políticas propias». Y por eso quiere un reconocimiento «explícito de nuestra realidad» para asumir «nuevas competencias». Eso sí, con la vista «puesta en ese nuevo Estatuto especial, que debe ser la norma fundamental del Archipiélago atlántico, estableciendo un nuevo marco de relaciones con el Estado a través del ámbito competencial sobre el principio de Administración única, en el que la Administración del Estado en Canarias se limite a las Fuerzas Armadas».
Nada dice, en cambio, el señor Rivero de las consecuencias de ese «trato humillante y colonial» del «Estado español» hacia el archipiélago, un trato que conlleva unas importantísimas ventajas fiscales -incluidos los impuestos especiales a los hidrocarburos- así como grandes subvenciones en transporte o en el suministro eléctrico. En este sentido, dice que podría convertirse en una «oportunidad privilegiada para España y para Europa, si se le reconoce y se le concede un estatus fiscal diferenciado». Lo que no explica es si quiere la capacidad normativa sobre los impuestos para subirlos o bajarlos aún más, cuando ya es la región española con los impuestos más bajos.
Sin mencionar ninguno de estos aspectos, Rivero pide «una Canarias fuerte, autogobernada, donde las decisiones las tomemos los canarios y las canarias. Esta aspiración legítima y respetable se debe traducir normativamente en la regulación de un estatuto específico de Canarias en el contexto del Estado».
Viva Canarias Libre!