El expresidente del Gobierno de Navarra y de UPN Miguel Sanz ha afirmado que la corriente crítica que está impulsando en el seno del partido «busca fortalecer el discurso de UPN sobre algunas cuestiones como el Fuero, el Convenio Económico y la necesidad de buscar y alcanzar acuerdos con otras fuerzas políticas que creen en la Constitución y el Amejoramiento» y ha rechazado que busque la «fractura».
De hecho, ha afirmado que la fractura es «la antítesis del objetivo de quienes estuvimos reunidos y compartiendo inquietudes». Así se ha pronunciado Miguel Sanz en declaraciones a los medios, tras asistir a una conferencia ofrecida por el presidente del Parlamento, Alberto Catalán.
Miguel Sanz, que ha compartido mesa con la presidenta Yolanda Barcina, ha afirmado que su relación con la actual líder de UPN y jefa del Ejecutivo es «manifiestamente mejorable, y no por mi».
En cualquier caso, el expresidente Sanz ha afirmado que está al margen de la política, aunque ha reconocido que «indudablemente me preocupa, uno no puede dejar de pensar en la política, me preocupan ciertas cosas, me agradan muchas más, y cuando tengo la oportunidad de expresarlas las expreso y no pasa nada».
Además, Sanz ha añadido que «el que uno discrepe de alguna cosa no tiene por qué extrañar a nadie, entre otras cosas porque eso se ha producido siempre, incluso cuando yo era presidente y decían que el partido estaba en un puño se producían discrepancias e incluso yo recuerdo que había un grupo que se denominaba el grupo de los Albret y no pasaba absolutamente nada, el partido ha estado siempre unido».
Así, Sanz ha asegurado que su intención es que «el partido esté unido y vivo». «¿Por qué se va a hacer a escondidas tener una reunión y poner encima de la mesa las preocupaciones y las inquietudes?, se hace y se expone con absoluta claridad», ha afirmado.
En cuanto a la candidatura de la formación regionalista a la Presidencia de Navarra, Sanz ha indicado que «en UPN se propone quien quiere o los proponen quienes quieren, y en estos momentos no conocemos más que una propuesta que es la de la propia presidenta». «Me parece que está en su perfecto derecho y además casi podría decir que es su obligación», ha afirmado.
Respecto a la gestión del conflicto por el IVA de Volkswagen Navarra, Miguel Sanz ha indicado que él no puede decir cómo actuaría porque «cada cual tiene su manera de gestionarlo y de hacerlo, lo que sí digo es lo que dice todo el mundo, y es que en Navarra lo que se pacta, se cumple».
El expresidente ha defendido así que «ha habido un acuerdo tácito desde el año 1994 con el presidente Alli hasta el año 2011 conmigo en la Presidencia que ha sido asumido, aceptado y respetado por el Estado, y ese acuerdo se ha sustituido por otro en 2012».
Ha advertido de que «se pretende ahora hacer ver» que hay que firmar otro acuerdo para los años no prescritos de este conflicto, y, a su juicio, «no se puede hacer ningún otro acuerdo para esos años, salvo que se quiera decir que no hay acuerdo porque ya existía, que no deja de ser un acuerdo».
