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Incontinencia urinaria: cuando te preocupa toser, estornudar o reír

Incontinencia urinaria: cuando te preocupa toser, estornudar o reír

La incontinencia urinaria puede afectar a las actividades más cotidianas del día a día, pero muchas veces el paciente no acude al médico por vergüenza o porque considera que no tiene solución. EFEsalud ha hablado con tres expertos para abordar los estigmas sociales de esta molestia cuya incidencia es mayor en la población femenina

El doctor Pedro Torrecillas (derecha) observa un unidad de láser junto al jefe de la Unidad Láser del Hospital Montepríncipe de Madrid, César Vall
El doctor Pedro Torrecillas (derecha) observa un unidad de láser junto al jefe de la Unidad Láser del Hospital Montepríncipe de Madrid, César Vallejo/EFE/ Jorge Zapata

Más de 6 millones de personas sufre incontinencia urinaria en España, según datos del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI). Se estima que la prevalencia media en las mujeres españolas es del 24% frente al 7% en los hombres.

La incontinencia se define como una pérdida involuntaria de orina que, además, puede suponer un estigma social y afectar al autoestima y a las relaciones sociales de quienes la padecen. Puede tratarse de una pérdida leve a causa de pequeños esfuerzos o evolucionar a una incontinencia mucho más grave.

Aunque la incidencia es muy alta, el paciente muchas veces no acude a la consulta por vergüenza o porque lo considera algo normal de la edad, sin embargo, es un problema que en muchos casos tiene solución.

Causas

laser incontinencia

Los doctores Daniel Zarza y Pablo Naranjo utilizan el láser ginecológico para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Imagen cedida por el doctor Zarza

Los doctores Daniel Zarza y Pablo Naranjo, de la unidad de láser ginecológico del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, estiman que 1 de cada 2 mujeres va a desarrollar incontinencia en algún momento de su vida, especialmente al pasar la menopausia.

“En las mujeres la causa más frecuente es el cistocele (vejiga caída), producido por el parto o por la pérdida de tono de la musculatura del suelo pélvico”, explica el urólogo Pedro Torrecillas, del Centro Sanitario Healthy Women de Málaga.

El suelo pélvico es la musculatura que sustenta los órganos pélvicos y con el paso del tiempo o con el parto va a perder elasticidad. Cuando estos músculos se debilitan pueden provocar un descenso de las vísceras del abdomen, dando lugar a incontinencia.

La incidencia es menor en los hombres pero también es frecuente porque “está ligada a una intervención quirúrgica de próstata o a una vejiga hiperactiva (la vejiga hace presión hacia abajo)”, señala el doctor Torrecillas.

Estigma

La incontinencia urinaria genera molestias, angustia y vergüenza, llegando a afectar en la calidad de vida de la persona. Según datos del último informe del ONI, el 80% de las personas con incontinencia en España manifiesta un rechazo hacia su situación y el 86% se sienten rechazadas socialmente.

Estigma social

EFE/LEONARDO MUÑOZ

Desde el punto de vista estrictamente médico, el doctor Daniel Zarza advierte que las infecciones de tracto urinario o la aparición de candidiasis son más frecuentes cuando hay incontinencia porque la zona genital está más húmeda. Esto también puede llegar a condicionar psicológicamente a la persona porque, “aunque no debiera ser así, lo relaciona con hacerse mayor y le preocupa que el olor pueda ser percibido por los demás”, explica.

Para el doctor Torrecillas, el peor estigma lo tiene el propio paciente porque se aísla socialmente.  Sin embargo, “este aislamiento es más frecuente en el hombre que en la mujer, sobre todo después de una intervención por un cáncer de próstata o por una hiperplasia benigna de próstata“, afirma.

De acuerdo con el ONI, al paciente le preocupa sufrir escapes de orina de manera inesperada en actividades tan cotidianas como reír, toser, estornudar o hacer ejercicio.

Láser contra la incontinencia

Tal y como afirma el doctor Pablo Naranjo, la solución quirúrgica, que consiste en subir la uretra del paciente y fijarla mediante una malla, hasta ahora ha resultado muy efectiva, pero conlleva la necesidad de entrar en quirófano y no todas las personas son candidatas a ella.

En las mujeres el tratamiento más reciente consiste en un láser que actúa a través de la mucosa de la vagina que no precisa anestesia ni baja laboral.

“Se trata de un láser no teratogénico -no induce tumores- que produce calor a través de la vagina en una localización anatómica muy precisa, llegando a los 60°C-65°C en milisegundos”, apunta el doctor Naranjo. Al llegar a esta temperatura tan alta en muy poco tiempo se activan los fibroblastos, que son las células que generan colágeno y elastina (dos de las proteínas que componen el tejido).

“Estos láseres -explica el doctor Torrecillas- no sólo se utilizan para la incontinencia, también sirven para eliminar pequeños tumores de cuello de útero producidos por el papiloma virus que son fácilmente controlables y curables. También se pueden tratar patologías menores como verrugas o condilomas y realizar blanqueamientos vaginales”.

Ambos expertos insisten en la importancia de este fenómeno de rejuvenecimiento vaginal porque se está estimulando la producción de unas proteínas que las células habían dejado de generar con el paso del tiempo.

“Quiero animar a las mujeres que tienen pérdidas de orina a que no convivan con esa patología que no es agradable y que además influye en la calidad de la relación sexual con su pareja”, concluye el doctor Torrecillas. EFE/ANA MARÍA BELINCHÓN

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