Manolo Royo.
Artículo 46
El asesinato premeditado y cruel de nuestros montes y bosques a manos de pirómanos de condena infantil y ridícula, está arrasando nuestro ecosistema, fauna y flora incluidas, creando un autentico desastre ecológico y una ansiedad unida al desalojo de los vecinos de las llamas en las que desgraciadamente mueren personas tratando de extinguirlas.
No he visto ni oído a ninguno de los pertenecientes a los grupos de los llamados “verdes”, protestar contra esta barbarie, que contamina más que los coches. Por cierto, ahora que la gente compra coches eléctricos, el precio de la electricidad se dispara. (Es para nota).
Hace muchos años, incluso mucho antes de que se formaran este tipo de grupos, que luego no los ves repoblando el monte, decía en mi espectáculo: “donde se quema un monte salga un monte y no una urbanización”. O sea, que donde se quema un pino salga otro pino y no un chalet. Y la gente aplaudía mientras asentía.
Miran con recelo a los tubos de escape de los coches y no hacen comentarios sobre la contaminación medioambiental que produce un incendio forestal. Hablan constantemente del calentamiento global, ¿pero acaso saben que la Tierra se acerca al Sol un grado cada cuatrocientos años?
Si los bomberos le cobraron al de la pitón, 700 euros la hora, por buscarla y capturarla, ¿qué le tienen que cobrar a ese delincuente que ha quemado el monte a propósito, que ha dejado cientos de animales muertos o sin hábitat y destruido bienes irreparables en los inmuebles colindantes?
Deben de tener penas condenatorias que no les merezca la pena ser pirómanos por venganza, por encargo o por placer.
Triplicar las condenas y pagar con su dinero la repoblación de todo lo devastado. Y nada de cárcel, en una torre de vigilancia forestal unos años no les vendría mal.
A ver señores, se trata de defendernos de ellos, no a ellos de las consecuencias que provocan.
Manolo Royo, humorista www.manolo-royo.com
