Ángel Hernández ha podido dormir esta noche en su casa tras quedar en libertad y prestar declaración por ayudar a morir a su esposa, María José Carrasco, enferma terminal, y ha asegurado que no tiene miedo y que está muy tranquilo porque su esposa ha dejado de sufrir.
«He dormido muy bien esta noche, llevaba 48 horas sin dormir y no había podido dormir en los calabozos, ha sido imposible; afectado, allí encerrado, no he podido hacer el duelo de mi mujer, estoy muy cansado», explica Ángel Hernández en su domicilio, donde ha convocado a los medios de comunicación.