La querella de Manos Límpias alude a supuesta irregularidades en la productora de Pablo Iglesias, Asociación Cultural Producciones con Mano Izquierda
Monedero dará explicaciones y aportará documentación para justificarse esta semana.
El titular del juzgado número de 45 de Madrid ha abierto diligencias contra el número 3 de Podemos, Juan Carlos Monedero, tras la denuncia que presentó Manos Limpias en los juzgados de Plaza de Castilla por delitos societarios, pertenencia a organización criminal, falsedad documental y delito fiscal.
El colectivo Manos Limpias se querelló el pasado lunes de 2 de frebrero en los Juzgados de Plaza Castilla contra el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, al que acusa de integración en organización criminal y delitos societarios, contra la Hacienda Pública y falsedad documental.
Según explica su querella, a la que ha tenido acceso Europa Press,Monedero constituye un «pieza fundamental en el reparto de roles»de la productora de Pablo Iglesias, Asociación Cultural Producciones con Mano Izquierda. Defiende que la productora cuenta con una estructura característica de las organizaciones criminales, dado que, a través de ella, se facilita «la comisión reiterada de delitos» y cuenta con un «reparto diferenciado de funciones».
Así, Monedero –dice el colectivo– «era el encargado de gestionar las relaciones institucionales, económicas y financieras de la antedicha asociación sin ánimo de lucro, desempeñando un papel de dirección, gestión y coordinación junto con otros colaboradores».
Según defiende el sindicato la actividad de la asociación se caracteriza por «diversas y notorias irregularidades, tales como el empleo de trabajadores sin figurar dados de alta en el régimen de la Seguridad Social; el pago de comisiones en dinero B por prestaciones de servicio; la supresión de derechos de los trabajadores; el abuso de las condiciones fiscales que caracterizan a una asociación sin ánimo de lucro; y la obtención de subvenciones de entidades y personalidades internacionales, de sospechoso origen ilícito, como son La República de Venezuela y el Régimen Iraní».
La querella asegura Monedero e Iglesias «han ocultado y eludido» sus correspondientes obligaciones tributarias y han transferido desde esta asociación a otra denominada Caja de Resistencia Motiva 2 Producciones, fundada por el número tres de Podemos en 2013, «cantidades importantes de dinero procedentes de las financiaciones quepercibían del Gobierno Iraní, Venezolano y Boliviano, de sospechosa procedencia ilícita», que cifran en 450.000 euros.
Manos Limpias también acusa al número tres de Podemos de efectuar «actividades profesionales ajenas a su cargo de profesor de Ciencias Políticas, incumpliendo sus obligaciones como tal, percibiendo retribuciones económicas solapadas por ejercer actividades distintas y entre ellas excluyentes».
El secretario general del sindicato, Miguel Bernad, ha registrado la querella este lunes para que sea asumida por el Juzgado de Instrucción de Madrid a quien corresponda por reparto.
Monedero dará explicaciones y aportará documentación
El número tres dePodemos, Juan Carlos Monedero, dará explicacionessobre el escándalo que lleva su nombre desde hace un mes y que ha empezado a erosionar la marca del partido. Monedero ofrecerá una rueda de prensa, abierta a todos los medios de comunicación, a lo largo de la semana en la que aportará documentación para justificar que su actuación ha sido correcta y para disipar cualquier duda sobre la presunta financiación ilegal de Podemos. Aunque la fecha no está cerrada, lo más probable es que se realice el jueves o viernes, una vez haya terminado la gira de Pablo Iglesias, el secretario general, en Nueva York, según ha podido saber este diario.
De momento, Monedero ha confirmado, en declaraciones a Cuatro, que su intención es explicarse y que si ha tardado tanto es porque le ha costado recoger la documentación. Aunque ha pedido disculpas por la dilación en comparecer, ha insistido en que no ha cometido «ningún fraude» y que «las cuentas de Podemos están muy claras».
La decisión de comparecer para aportar explicaciones supone un evidente cambio de rumbo en la política de comunicación de Podemos. Cuando estalló la polémica, hace un mes, el propio Monedero ofreció diversas entrevistas y acudió a varios platós de televisión a explicar el origen del ingreso de 425.000 euros por una asesoría política que realizó a cuatro gobiernos latinoamericanos. Su entorno valoró entonces que estas intervenciones echaban más gasolina al fuego y le pidieron expresamente que dejase de aparecer en medios de comunicación, esperando a que el escándalo bajase de intensidad y que amainase la tormenta. En esa línea, Pablo Iglesias defendió que Monedero había dado ya todas las explicaciones necesarias. Sin embargo, el escándalo no ha remitido, de forma que la semana pasada miembros de la ejecutiva decidieron que lo mejor era que Monedero apareciese ante la prensa para dar todas las explicaciones. Fuentes del partido han confirmado que el número tres ha tardado tiempo en obtener toda la documentación que necesita para justificarse, y aseguran que la hará pública en su próxima intervención, en Madrid.
Para muchos, la comparecencia llega tarde
PP y PSOE llevan dos semanas cebándose con el ‘caso Monedero’ con una campaña de desprestigio en la que acusan al partido de Iglesias de presunta financiación ilegal, a través de gobiernos como el de Venezuela. Las críticas han conseguido abrir algunas grietas en la imagen de Podemos, que hace bandera de la transparencia y la honestidad de sus dirigentes, y tanto simpatizantes como algunos cargos han pedido al número tres más detalles de sus cuentas.
En concreto, Monedero tendrá que explicar cuánto dinero cobró, quién lo pagó y porqué utilizó una sociedad instrumental creada tres años más tarde, Caja de Resistencia Motiva 2, para abonar sus compromisos fiscales, en lugar de hacerlo como persona física, con el IRPF. También se espera que el dirigente explique por qué no solicitó el permiso previo a la Universidad Complutense de Madrid, donde es profesor, institución a la cual debería haber advertido que desarrollaba otra actividad de asesoría y a la que debería haber abonado parte de sus ingresos.
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