No cabe duda de que la noticia de la semana apareció el jueves cuando se levantó el secreto del sumario que permitía conocer el texto del informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, conocida como UCO, que la trama de cloaqueros del gobierno y del PSOE trataba de cargarse por medio de esa “militante de base” Leire Díez, que “pasaba por allí”, pero que todo apunta a que recibía órdenes directas del secretario de Organización saliente –por cierto que pidió de inmediato la baja pero, que se sepa, no ha renunciado a su escaño, le habrá llegado de pronto el frío y tal vez siga los pasos de su predecesor– y de la que se ha sabido que recibía su jornal desde la empresa de otro histórico de la corrupción socialista, Gaspar Zarrías, aquel que votaba con las dos manos y un pie para sumar más a la causa, persona de confianza de los dos presidentes de la Junta y del partido, Manuel Chaves y José Antonio Griñan, condenados en uno de los mayores latrocinios de ese partido a las arcas públicas, el famoso caso de los ERE que el fiel Cándido Conde, “Pulido” por el sanchismo para la causa, en ese Tribunal de casación en el que se ha convertido el cada día más “Prostitucional”, ha pretendido descafeinar hasta dejarlo en casi nada, objeto de recurso o como quiera que se llame por el Tribunal Superior de la Junta de Andalucía. Se trata de un informe de cuatrocientas noventa páginas, primero de tres, según adelantaba el médico forense, doctor José Cabrera el jueves, en la tertulia de Íker Jiménez en su programa Horizonte y confirmaba el propio Víctor Gonzalo de Aldama el viernes en la nueva entrevista que le hacía Ana Rosa Quintana en Tele Cinco. También me ha llegado, pero no lo he podido confirmara que la UCO habría solicitado autorización judicial para el registro de instalaciones de la Moncloa, dentro de una investigación penal por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, organización criminal y tráfico de influencias.
No he podido leer dicho informe completo todavía, pero sí ver que en él se detallan muchos pasos de la conocida por ahora como Trama Ábalos-Koldo-Cerdán, que empezaron a actuar en su “presunta” delincuencia a los pocos meses de llegar al poder su compañero de viaje en la gira por España, emprendida después de echarlo de la ejecutiva federal cuando al aizcolari Koldo lo sorprendieron con una urna detrás de una cortina con la “noble” intención de falsear las elecciones que pretendía ganar de aquella manera después de su expulsión por los reiterados fracaso electorales de 2015 y 2016. No me cansaré nunca de repetir lo que desde su, no sé si también manipulada vuelta en 2017 –ya se ha demostrado que lo había hecho en sus primeras Primarias en 2014–, vengo diciendo y escribiendo, el error de aquella gestora presidida por el asturiano Javier Fernández debió haber hecho con aquellos precedentes, expulsarlo del partido y no sólo de la ejecutiva. Pero no se hizo y bien que se está pagando con creces.
Pese a la falsaria actuación del presimiente Pinóchez, en su versión Fray Perico el compungido, en ese show del mismo jueves que demuestra su mentira de haberse “enterado esa misma mañana” de su número dos en el partido después de las imágenes del desprecio a Cerdán captadas el día anterior en la escalinata del Congreso, tras ese amago cobarde de saludo que derivó al “portavoz” Pachi “Nadie” López, para “dar explicaciones (que no dio) y pedir perdón a los españoles y, desde la sede de la PSOE, a los militantes y simpatizantes del partido socialista”, aunque debió decir mejor sanchista, que es en lo que lo ha convertido míster Felonez, está cada día más cerca de completarse con el cuarto de la también conocida como Banda del Peugeot , es decir, el “inocente, ignorante y engañado” Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Pobrecito mío. Es evidente que también se le ha olvidado lo que le espetaba a Mariano Rajoy: “Al Congreso no se viene a pedir perdón, se viene a dar explicaciones y a asumir responsabilidades”. ¿Al partido sí, señor Fantóchez? Y ya puestos a tirar de hemeroteca, no está de más recordar una entrevista que le hacían no hace mucho en la nacionalista RAC1: «¿Para Pedro Sánchez, quien es Santos Cerdán? Ojo a la respuesta: “¿Cerdán?, pues… –lo pensó un poco, ¿tal vez porque ya sabía demasiado aunque no supiese lo que le depararía el informe de la UCO?– es un buen socialista, es un gran secretario de Organización, es un extraordinario negociador, muy eficaz, como los resultados acreditan”». La verdad es que para decir sí a todo lo que le imponía el fugado de Waterloo, no hacía falta ni siquiera el perfil bajo de electricista y frecuentador de centros de alterne, que forman la base curricular del navarro que hizo saltar las lágrimas de su paisana María Chivite –otra que se postula a los Goya– la también amiga de BILDU. Insistía el periodista dándole cancha para su loa “cerdánica”: «Es una persona muy cercana a Pedro Sánchez y fue de las personas que más le ayudó cuando pasó lo que pasó, en aquella época que usted tuvo que abandonar el partido socialista. Y el puto amo, que cuando se lo ponen así no hay quien lo pare se volvió a lanzar: “Es una persona que me ha acompañado desde siempre, tiene toda mi confianza y es uno de mis más estrechos colaboradores”».
Podría apuntar muchas cosas más al respecto, pero me voy a permitir transcribir uno de los mejores resúmenes de los que he oído en los diferentes medios, el editorial de la citada Ana Rosa Quintana en su programa del viernes siguiente, porque me parece que merece la pena leerlo y reflexionarlo si no se pudo escuchar en directo o en los vídeos que circulan al respecto:
«Vamos a decirlo en castellano antiguo, son unos ‘sinvergüenzas’, llevan robándonos once años, mientras hablaban de bulos, de fango y de regeneración. ONCE años de corrupción, cloacas, pucherazos, fontaneros, comisiones ilegales, prostitutas, cohecho, prevaricación y nepotismo. Un informe demoledor de la Guardia Civil al que el presidente da carpetazo con “todo esto no tiene nada que ver conmigo”, pío, pío, que yo no he sido, (añadía con su fina ironía la periodista).
Resulta que ir montado en un Peugeot recorriendo España con una organización criminal no tiene nada que ver con el presidente. Como si Sánchez fuese el pasajero de un blablacar con el que ha coincidido por casualidad con esos tres chorizos que le llevaron, por casualidad, hasta La Moncloa. Las consecuencias, de momento, ninguna, ni elecciones anticipadas ni dimisión, tan solo una auditoría externa, como si en los libros de cuentas (del partido, añado yo) se reflejasen las mordidas, como hacía Al Capone.
Cuarenta y cuatro días y (casi) quinientas páginas –al más puro estilo Joaquín Sabina–, ha tardado Sánchez en dar la cara y lo ha hecho apareciendo maquillado por un tanatopractor (sic) (nuestro DRAE recoge la Tanatopraxia como la “Técnica de conservación de los cadáveres”, que es lo que parecía con ese maquillaje elegido para el “duelo”, para dar un discurso disfrazado de plañidera, al borde de unas lágrimas que no le salen porque se estaba riendo de nosotros. Solo le quedó tomarse 5 días de reflexión.
Un victimismo impostado que se traduce en que Sánchez quiere aguantar hasta 2027 porque él no asume ninguna responsabilidad. Él nombró a sus imputados y él los ratificó cuando estaban bajo sospecha. Se oyó hablar mucho del invigilando que Sánchez ha convertido en un himno ratificando un cinismo insólito que comenzó en las primarias de 2014 cuando Santos Cerdán le dijo a Koldo, así bajito para que no se oyera “sin que nadie te vea, metes dos papeletas en la urna” –”Ya está”, le respondía su amigo–.
Luego vendría la urna detrás del biombo, el Peugeot, la imputación de su mujer, la de su hermano, la del fiscal general, la de su primera mano derecha Ábalos, la de su segunda mano derecha, Cerdán, nadie en la historia había perdido dos manos derechas. ¿Quién será ahora la mano que mece la cuna para amañar primarias o negociar legislaturas con fugados en Waterloo o con Bildu? Quedan pocas manos porque todos se las han quemado poniéndolas en el fuego –se comenta que las unidades de quemados están colapsadas por ministros, ministras y ministres– Que pase el siguiente.
¿Y qué decir de sus socios? –en mi opinión han pasado de socios a cómplices si lo siguen apoyando en el gobierno y lo mismo se puede decir de los partidos que le dan esa patética mayoría Frankenstein parlamentaria–. Tampoco tienen vergüenza. Cuanto más débil está Sánchez más tajada quieren sacar. Como buen aizkolari, Koldo es un hacha cortando cabezas con sus grabaciones ¿quién será el siguiente?
Y por si faltaba alguien en el equipazo, Aldama asegura que ha llevado en su jet privado a Zapatero, de Caracas hasta República Dominicana y hablaba de un sobre cuyo contenido no revela por el momento, pero afirma que sí lo conoce el asesor de Nicolás Maduro. Y terminaba su magnífico editorial con un recordatorio que suena a advertencia: “Sánchez dijo de la A de Ayuso a la Z de Zaplana, todas tienen un caso de corrupción por cada letra del abecedario. Presidente veremos qué es lo que pasa desde la A de Ábalos hasta la Z de Zapatero”».
Pero en España el problema es que sigue habiendo en torno a siete millones de votantes –no me atrevo a llamarlos españoles en su sentido amplio, más allá del meramente geográfico y accidenta– que siguen apoyando a este impresentable al que su CIS, Centro de Invenciones Sánchez, le sigue regalando los oídos con unos falsos resultados electorales. Si se creyera a su fiel José Félix Tezanos no dudaría en convocar elecciones, pero sabe que el fracaso está cantado y prefiere seguir resistiendo hasta morir matando cuando ya no le pueda dar más a sus extorsionadores nacionalistas. Y otra cuestión es que cada día se cumple más en nuestro país ese conocido refrán español de “Ande yo caliente, y ríase la gente” que glosaba mi paisano Luis de Góngora y que traducido hoy podría ser “Viva yo bien, y que le den por saco al resto”. Y ese “vivir bien”, para demasiada gente ya, es tener recursos propios, los muchos menos, o conformarse con los subsidios, recibidos sin responsabilidad alguna, la inmensísima y gran mayoría, creciente de forma exponencial desde la llegada de este desgobierno Frankenstein. Pero no nos engañemos, la siembra viene desde la llegada del socialismo de 1982, que ahora muchos consideran bueno, visto lo peor, gracias a la permisividad de una Constitución sin visión de futuro ni recuerdo del pasado más reciente, regada por los dos gobiernos populares y abonada en cada uno de los otros dos socialistas, el del reabridor de odios José Luis Rodríguez Zapatero, como parece, nieto del traidor –“De casta le viene al galgo”, dice otro conocido refrán español– y el actual de su clon, que ya lo supera con creces, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, al que no le sobra ninguno de los apelativos que le hemos venido dedicando para describirlo, desde Felón hasta Fray Perico, englobados todos en el conocido Síndrome de la Triada Oscura: Psicópata, Narcisista y Maquiavélico, que cada uno le afecta al 100% –ya sé que el 100% en los tres síntomas puede resultar hiperbólico, pero sólo un 33’33% para cada uno me parece poco para el personaje–.
No quiero terminar sin comentar una de las mayores barbaridades que he escuchado a algunos “periolistas” de izquierdas –perdón por la redundancia–, en las tertulias por las que pasan. Parece que el nuevo mantra de Producciones Moncloa es que “Hay corruptos porque hay corruptores”. ¿Cómo? ¿Quieren decir que son las empresas, malas, las que tientan a los ‘inocentes’ politicastros que nunca debieron llegar donde están? En mi opinión es precisamente al contrario o quiero pensar que debería ser así, hay empresas corruptoras que saben que la forma más directa de conseguir adjudicaciones de obras millonarias es porque hay demasiados chorizos en puestos de responsabilidad en las administraciones públicas que se dejan “querer” y el procedimiento tradicional me temo que no dista mucho de presentar oferta a la baja (sin llegar a que sea temeraria), adjudicación con comisión, modificados que incrementan el precio de la obra y más comisiones. Una dinámica muy frecuente, si no constante, en la izquierda y, desgraciadamente, tampoco ausente en la llamada derecha, que espero que habrá aprendido la lección por si le toca el relevo y no comete los mismos errores de la etapa anterior.
Y voy a dejar una pregunta de difícil respuesta ¿dónde está el Rey ante esta situación crítica e insostenible? Ya sé que la Constitución le deja muy pocas posibilidades de actuación, pero creo sinceramente que más de las que utiliza y yo dejo aquí la pregunta. Doctores tiene la Iglesia y juristas constitucionalistas el país para responderla. Yo sigo insistiendo en que cometió un error proponiendo a Sánchez como candidato en 2023, cuando no consiguió la investidura Núñez Feijoo, y no dejando correr los dos meses que se contemplan en el Artículo 99.5 de la Carta Magna para ir a unas nuevas elecciones en lugar de precipitarse en una nueva propuesta, como recoge el 99.4, que no le garantizaba una mayoría y que, en su caso, vendría apoyada por los que no se habían dignado a asistir a la rueda de consultas y eran enemigos declarados de España, de la Monarquía y, como se ha demostrado, de la democracia. En el artículo 61.1 dice que “El Rey… prestará juramento… guardar y hacer guardar la Constitución” y en el 62.h) que “Corresponde al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas”. Alguna idea don Alberto… le dejo el balón botando.
Antonio De la Torre, licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión.