
Sin noticias un año después de la desaparición del padre Luke y su acompañante en Sudán del Sur
«Ha pasado un año y su silencio nos persigue. La desaparición del padre Luke y de Michael no es sólo una pérdida personal, es una herida en el corazón de nuestra sociedad». Con estas palabras, el obispo de Tambura-Yambio, monseñor Eduardo Hiiboro Kussala, ha recordado en un comunicado la desaparición del padre Luke Yugue y de su chófer Michael Gbeko, ocurrida el 27 de abril de 2024. Ambos desaparecieron mientras se desplazaban desde el condado de Nagero al de Tambura, en el estado de Ecuatoria Occidental, en Sudán del Sur. Desde entonces, no se ha recibido ninguna información sobre su paradero.
Un mes después de su desaparición, se rezó una oración fúnebre por el sacerdote y su acompañante, pero el misterio que envuelve su suerte sigue sin resolverse, manteniendo viva la herida en la comunidad.
En su declaración publicada la semana pasada, el obispo Hiiboro renovó su llamamiento para que se redoblen los esfuerzos en la búsqueda de los desaparecidos. Instó al gobierno de Sudán del Sur, a las fuerzas de seguridad y a los socios internacionales a intensificar las investigaciones y depurar responsabilidades. Este año no se celebró ninguna conmemoración pública debido al periodo de luto tras la muerte del Papa Francisco, pero el obispo animó a los fieles a rezar por el padre Luke y por Michael.
Según las autoridades eclesiásticas y locales, el sacerdote y su compañero fueron probablemente víctimas de la violencia intercomunal que continúa asolando el Estado de Ecuatoria Occidental, una violencia que, lamentablemente, sigue manifestándose en masacres y secuestros que golpean a la población civil. AGENZIA FIDES