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Dos formas con el mismo fondo

 

Se acabó el paréntesis de la Semana Santa y empieza el tiempo de Pascua que se estrena con la triste noticia –para una parte del catolicismo y para la izquierda política en general–del fallecimiento del Papa Francisco al amanecer de este lunes 21 de abril.

Y volvemos a la triste realidad de nuestro día a día, que no ha dejado de ampliar los frentes de corrupción político-económica que ya nos son tan habituales. Pero como sobre eso abundan las noticias y tiempo habrá de volver, quiero reflexionar hoy sobre algo que ha pasado más desapercibido en la mayoría de los Medios de Manipulación Masiva (MMM) y que, desde mi punto de vista, no deja de ser una forma de “corrupción”, esta vez en algo que me duele más, si cabe, porque uno siempre piensa que una institución como la Iglesia Católica debería estar por encima de estas maniobras e ignominias políticas. Me refiero a la rendición de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ante el desgobierno Frankenstein frentepopulista del felón Sánchez en la defensa del Valle de los Caídos, encabezada por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo.

Me voy a limitar a recoger lo más importante de lo que dicen dos referentes en la defensa de España y de sus principios, el periodista Eduardo García Serrano y el historiador y profesor de Enseñanza Secundaria Fernando Paz Cristóbal, en una entrevista en Ferraz TV  y en una grabación personal, respectivamente, que comparto en su fondo, que como se verá después es concordante, si bien el tono y las formas suenan muy diferentes.

El primero respondía con su natural vehemencia de español convencido desde sus orígenes a la pregunta ¿Cómo ves el tema del Valle de los Caídos? que le hacían en Ferraz TV con un contundente “Muy mal, muy mal”, no sin antes dedicarle unas cuantas verdades al socialismo, que también comparto, y que invito a escuchar  A renglón seguido se explayaba así: El Valle de los Caídos está condenado por la complicidad, primero, de la repugnante CEE, que es un sanedrín de fariseos, son todos como Caifás y como Judas –les dedicaba una frase no muy cariñosa– y de la derecha política y sociológica, porque sin la complicidad de la repugnante iglesia española y de la repugnante derecha política y sociológica española, el Valle de los Caídos estaría salvado. Lo que está haciendo ese sanedrín de Judas, de obispos…, de miserables, es el acto de cobardía más grande –exagerado tal vez– que se ha cometido desde que Cristo fue condenado a la Cruz. O sea, la víctima, que fue la iglesia en la Segunda República, se alía con sus verdugos para ir en contra de sus salvadores. ¿Se puede ser más… Judas, más Caifás, más traidor? Sí, los obispos españoles superan a Judas, a Caifás y a todo el sanedrín de fariseos que condenó a la Cruz a Jesucristo. Es una iglesia repugnante, es más, yo me voy a hacer ortodoxo, reniego de la Iglesia católica y me paso a la Iglesia ortodoxa”, renegando “de la iglesia como institución”. Fue más explícito aún respondiendo a su propia pregunta a la entrevistadora: ¿Sabes por qué lo hacen? por dinero, para que no les cobren el IBI de su inmenso patrimonio inmobiliario, para que no les quiten el concierto con la educación –en más de una ocasión he achacado a ese concierto, en mis artículos, el comienzo de la decadencia educativa en esos colegios “concertados”–, con los colegios, la subvención del concierto, para que no les cobren ni un céntimo… Por todo eso, traicionan a los que les salvaron y se vuelven contra el cadáver y contra la memoria del que les salvó la vida y el patrimonio, aliándose con los que los asesinaban. Y de la derecha política y sociológica ¿para qué vamos a hablar?, porque esos son como los obispos, pero sin sotana. El PP, un partido fundado por 7 ministros franquistas, se abstiene (la postura típica del cobarde, la abstención, ¡uy!, yo no me pringo, yo no me inmiscuyo…) en la sesión que ha condenado a la Fundación Nacional Francisco Franco. Sois unos miserables”. Y recordó aquí una oportuna frase que tomó de Ernst Jünger: «El cobarde es aquel que cuando ve que están violando a su madre sale corriendo a buscar un abogado». Eso es lo que hace el PP, salir corriendo a buscar abogaditos. Pues cuando vengan a por ellos que los defienda su… madre”.

En tono mucho más suave, pero no menos contundente se despachaba igualmente Fernando Paz , que empezaba refiriéndose a «Una pequeña historia que escribió hace muchos años Jorge Verstrynge, jamás desmentida. Estamos en 1985, en el Senado se tramita la ley del aborto, Alianza Popular había desplegado una estrategia de obstrucción sistemática para frenar la aprobación de la ley, estrategia que está dando tan buen resultado que el secretario general de la CEE (Fernando Sebastián Aguilar ) llama a Manuel Fraga, presidente nacional de AP, para que deje de retrasar la aprobación del aborto con triquiñuelas legales. Un estupefacto Fraga, y a Fraga pocas cosas lo dejaban estupefacto, colgó el teléfono dispuesto como dijo “a dejar esta cofradía”, refiriéndose a la Iglesia. Fraga dijo literalmente “porque mi madre era de esta cofradía, que si no me daba de baja ahora mismo. Al día siguiente, los medios publicaban en portada la foto de la firma del acuerdo de financiación de la Iglesia a través del IRPF, donde salía un Alfonso Guerra rodeado de obispos. Esto es hoy la CEE y cuando digo hoy, no me refiero a 2025 sólo, de esto hace ya 40 años. Solo 8 obispos se tomaron la molestia de valorar con  acentos críticos la ley que legalizaba la matanza, el resto se mostraba satisfecho, se había firmado el acuerdo con el gobierno socialista que se ha mantenido hasta el día de hoy y ha desembocado en la traición al Valle de los Caídos… han sucedido varias cosas increíbles viniendo de los pastores de la Iglesia católica. La primera es la venta del Valle al gobierno, porque esto es una venta más que una entrega, dado que ha habido un intercambio, un mercadeo. La segunda es que la mercancía son los 33.000 católicos enterrados y los más de 100 mártires que dieron su vida por la fe católica, un martirio del que la CEE es sencillamente indigna. Y para que no falte ningún detalle repugnante hay que recordar que es la iglesia, víctima inocente de un brutal genocidio durante la guerra civil, quien vende a sus verdugos, a los asesinos, la memoria y los restos de quienes dieron sus vidas por la defensa de la fe católica de la propia iglesia. La iglesia, además, no solo es depositaria de la fe, también es depositaria del patrimonio artístico histórico y moral del pueblo español que está llamada a defender. Por eso, no está legitimada para entregar lo que no es suyo, porque el Valle de los Caídos es patrimonio de todos los españoles, de los que nos antecedieron y de los que nos han de seguir. Y sobre toda esta infamia, la CEE nos ha mentido a los católicos, y a los que no lo son, incumpliendo el octavo mandamiento, que dice “no levantar falsos testimonios ni mentir”. Porque la Conferencia Episcopal ha acumulado vilezas en todo este asunto. La primera es que la iglesia accedió al traslado de los restos del general Franco en contra de la voluntad expresa de la familia y de la Comunidad Benedictina para satisfacer el deseo del Gobierno de Sánchez. La Conferencia Episcopal busca desvincularse del menor vestigio del régimen de Franco, de ahí la reiteración de su portavoz cuando insiste en que “no ha habido una sola voz discrepante en el seno de la conferencia a la hora de llegar a un acuerdo con el PSOE para la venta del Valle”. En un contexto que no puede ignorar la CEE de enloquecido ajuste de cuentas contra un pasado que se está falsificando, el mensaje de la Conferencia Episcopal es “nosotros también”. Con esto, además de faltar al octavo mandamiento, estáis faltando al cuarto, que habla de “honrar al padre y a la madre”. Segunda, la iglesia ha construido un relato según el cual el pacto con el gobierno se ha producido “al no tener otro remedio”, no había otra salida, lo cual es enteramente falso. El artículo 1.5 de los acuerdos firmados entre la Santa Sede y el Estado, el 3 de enero de 1979, que están plenamente vigentes, garantiza la jurisdicción única de la Iglesia sobre la basílica del Valle de los Caídos. Si la iglesia se hubiese opuesto, fijaos qué sencillo, si hubiese dicho sencillamente no, el gobierno no habría podido tocarlo en absoluto. Pero la iglesia no ha querido, la iglesia ha dicho sí a la profanación. El obispo Munilla –este obispo, añado yo, parecía de los buenos, pero no sé si el “castigo” que parecía su traslado de Guipúzcoa a Alicante ha tenido algo que ver– ha sostenido en público, sin el menor rubor, que el Valle de los Caídos es propiedad del Estado y que no había otro remedio que ceder para salvar la Cruz y la Comunidad Benedictina, alimentando el falso relato oficial. Bolaños lo ha proclamado en voz alta: “celebro que la iglesia y el gobierno trabajen de la mano en la resignificación del Valle” y no salió nadie de la CEE a desmentirlo. Munilla miente, el Valle de los Caídos no pertenece al estado sino a la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, creada en 1957, tiene dos patronos, la Abadía Benedictina y Patrimonio Nacional, por lo que cualquier decisión sobre el futuro del Valle debe ser tomada obligatoriamente por ambas partes, es decir, otra vez que si la iglesia hubiera querido el gobierno no hubiera podido hacer nada. Algunos alegan que esa Fundación ha sido extinguida por la Ley de Memoria Democrática de 2022, pero el proceso de extinción de la Fundación no ha concluido todavía, por lo que legalmente sigue siendo la propietaria, tal y como figura en el registro de San Lorenzo del Escorial. Y hasta tal punto es así que las transferencias del ministerio para sufragar las exhumaciones se han hecho mediante donaciones a la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, fijaos si sigue vigente. Tercera, la iglesia no solo ha ocultado que la salida del padre Santiago Cantera  ha formado parte del vergonzoso acuerdo, sino que ha sostenido públicamente que no ha tenido nada que ver. La verdad es que la salida del Padre Cantera había sido exigida por el gobierno y naturalmente la CEE lo ha entregado. Cuarta, la CEE miente de nuevo cuando dice que el acuerdo con el gobierno socialista es garantía de algo, ningún acuerdo con un sujeto tan depravado como Pedro Sánchez, tiene garantía alguna, y esto no lo puede ignorar, a priori, la CEE. De hecho, los planes de resignificación del Gobierno ya lo han anunciado. En el concurso convocado para la resignificación se habla de planes sobre el cien por cien de la superficie. Y ahora sale la iglesia denunciando que el gobierno no ha contado con ellos en la elaboración del concurso, ¡oh, sorpresa!, que no se han respetado los acuerdos establecidos con Roma, como el mantenimiento de los signos religiosos de la basílica o como el acceso independiente a los espacios litúrgicos. ¿Estamos en serio señores obispos? ¿De verdad que están ustedes sorprendidos de que Pedro Sánchez les haya engañado? ¿Quién iba a decir que Pedro Sánchez los engañara? Quinta, estamos hablando de una basílica Pontificia, según título concedido por Pío XII en 1958. La condición Pontificia significa que está bajo la protección directa del Papa, de modo que todo este proceso ha sido bendecido y acordado con la Santa Sede, con el Vaticano, es decir, que no podrían haber resignificado nada si el Papa se hubiera opuesto. Otra vez. Fíjense si han tenido oportunidades para haber evitado todo esto y para obtener la bendición papal. Y dado que el actual pontífice no ha tenido tiempo de visitar España una sola vez en sus 12 años de pontificado, no le ha dado tiempo, altos cargos del Gobierno han ido a visitarlo a Roma hasta en 10 viajes oficiales. Más viajes oficiales de miembros del Gobierno a Roma que a Estados Unidos. Así que el Papa también. Sexta, ¿cómo explicar la posición de la Iglesia en este asunto? ¿Cómo se puede explicar que la iglesia no haya querido hacer uso de sus derechos para defender lo que es de todos, para defender lo que es suyo y para defendernos a todos? ¿Cómo se puede explicar esta inconcebible traición? Hay razones de fondo. Una de ellas, la ya apuntada del deseo de desvincularse del modo más completo posible del régimen de Franco; otra de un enorme calado es la ruptura gradual, y a veces no tan gradual, con la propia historia y con la tradición de la Iglesia. Sobre este fondo ha existido también un chantaje por parte del Gobierno, porque quizá no sea casualidad que el PSOE haya suspendido la investigación en el Parlamento sobre casos de abusos a menores en el seno de la Iglesia, una comisión creada ad hoc con la finalidad de chantajear a la CEE. La CEE sabrá por qué puede ser chantajeada a cuenta de este asunto. No es para mí grato hablar de esto y hablar así, pero no hay otro remedio. El Evangelio de San Lucas dice “os aseguro que si éstos callan hablarán las piedras”. Y vosotros habéis callado y las piedras ya están hablando, las piedras sobre las que se ha levantado el Valle de los Caídos que vosotros acabáis de entregar. La Cruz del Valle, la Cruz más imponente del mundo, si es que se salva de la furia talibán de estos salvajes, será vuestro más implacable fiscal por los siglos de los siglos y será el testigo imperecedero de vuestra mezquindad y cobardía, será el insobornable fiscal de unos pastores que dieron la espalda a su rebaño cuando pedía auxilio ante la proximidad del lobo. Como decía el viejo juramento que ponía en manos del Altísimo el juicio sobre los actos de los hombres “si así lo cumplís, que Dios os lo premie, y si no que os lo demande”. Pensad en si Dios os va a premiar esto que habéis hecho, si es que todavía queda alguno por ahí que crea en Dios» –un poco duro, pero entendible–.

Como decía al principio, comparto el fondo de indignación de ambos por esa, permítaseme la expresión, nueva “bajada de pantalones” episcopal ante el gobierno y, como nos recordaba uno de los mejores pontífices de las últimas décadas, San Juan Pablo II : «Tenemos que defender la verdad a toda costa, aunque volvamos a ser solamente doce».

Termino con mi sincero deseo de que el Papa Francisco encuentre el descanso eterno para su alma, por lo que rezaré sin duda, y con el no menos sincero voto de que el Espíritu Santo ilumine a los miembros del Sacro Colegio Cardenalicio que participen en el próximo cónclave electoral para que el sucesor del pontífice argentino se parezca más a alguno de sus dos predecesores y ya empiezan las “quinielas” previas que me gustaría que se decantaran por uno de los tres primeros que se recogen en este artículo .

Antonio De la Torre,  licenciado en Geología, técnico y directivo de empresa. Analista de opinión.

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