Llovió y hacía frío; mucho frío. No importaba, más gente que otros años.
Homenajeábamos, en el aniversario de su asesinato, al general Juan Atarés y, con él, a todas las víctimas del terrorismo.
Y hace falta, mucha falta. ANVITE, Vecinos de Paz y la Fundación Tomás Caballero reivindican Dignidad, Memoria y Justicia. Ninguna se da con estos gobiernos.
Sus pactos indignos hacen que oculten la memoria reciente, no se enfaden sus socios; por el contrario, se gastan los impuestos en vender una historia antigua tergiversada y sectaria para tapar lo que hicieron ellos; y burlan la justicia amnistiando, excarcelando por la puerta de atrás, o poniendo riendas y colonizando las más altas instituciones judiciales.
Hacía frío, mucho frío. Pero lo que hiela la sangre es ver un gobierno rendido a los que nos la congelaban con sus bombas y tiros por la espalda.
Llovió, pero nunca lo suficiente para borrar esos crímenes de ETA, socialista e independentista, que así se autodefinía; ni la vergüenza del reparto de tronos con quién lleva en listas, cargos y dirigencia a esos terroristas.
Así que, en el lugar del crimen, don César Magaña»el pater», rezó un responso; la nieta de Juan Atarés leyó un comunicado y con José Ignacio, hijo de Alberto Toca Echeverría, los nombres de sus familiares y hasta la treintena de asesinados relacionados con Navarra; se prendieron velas con sus nombres; Olga Izquierdo recitó un poema suyo; y Javier Horno toco el violín.
Entre los asistentes reconocí a familiares de otros asesinados como el comandante Jesús Alcocer, el teniente coronel Prieto, el comandante Imaz…; abundante peña de Vox con su plana mayor al frente; a García Adanero y al ex senador del PP José Ignacio Palacios, a la senadora de UPN hija de Tomás Caballero; a Enrique Maya, exalcalde de Pamplona, además de mucho pueblo llano. Con los paraguas desplegados no podía observar todo.
Llovía mucho e hizo frío, mucho frío. No importó.
Jesús Javier Corpas-Mauleón