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Controlarlo todo también es estrés

Las emociones juegan un papel importante en la prevención del estrés, por eso me atrevo a hacerles esta reflexión como prevención o por lo menos como ayudar a nuestro pensamiento que no rumie aquello que nos hace daño y no nos garantiza nada, solo daño…Y, uno de ellos –en el tiempo moderno-, es controlarlo todo y todas las horas del día son para ello, sin pensar -emoción-, que cuanto más quiera controlar, menos controlo o más errores tengo y más tiempo pierdo en rehacer aquello que “me parece que no controlo”… Y, me viene ese sentimiento-emoción que me corroe el alma y me culpo y más vuelvo “a meter la pata”.

Las emociones son inherentes al ser humano. Siempre han estado ahí… Su función es permitir que nos adaptemos al entorno en el que nos encontramos. Aunque es evidente que el sistema no siempre nos funciona porque unas veces nos facilita la vida y otras, sin duda, nos la complica… ¡Nuestro cerebro no nos ayuda casi nada a ser felices, es prehistórico! Él va por un camino automático, que ni nos detenemos en ello, ni siquiera sabemos que esto es así…y, él –que somos nosotros-, nos juega mala pasada: “¡No tengo tiempo para nada, se me pasa el día volando!, ¡qué asco de fin de semana, y ahora puente, no me faltaba peor cosa!… ¡Cuidado, estás entrando en un bucle peligroso que se llama estrés crónico!

Los seres humanos nos vemos dotados de una “poderosa herramienta”: la emoción, pero no contamos con las instrucciones para su uso (Hand book). ¿Es que, de pronto, el mecanismo adaptativo se ha descompensado y ya no cumple su función? Pero, estoy “yo” para que lo cumpla: por eso Reprogramo, utilizando mi lenguaje positivo en todo momento.

Lo llamamos distrés, que no es otra cosa que el aspecto negativo del estrés, cuando sentimos-emoción, que no podemos hacerle frente a determinadas situaciones, porque “no llego”, “no me da la vida” … Nos sentimos desbordados ante esa vida que quiero controlar a cada minuto… Lo único que hacemos con ese sentimiento-emoción es aumentar un elevadísimo nivel de cortisol “malo”, que -aunque tu no lo creas- te bloquea, Su inmediata consecuencia es un elevadísimo cortisol, el cual nos asedia, y es el comienzo de una psicosomatización, que ya no controlas o piensas que se te está escapando de las manos, y es el peor sentimiento en el estrés

El cerebro, nuestro cerebro, porque somos nosotros ese cerebro; altera profundamente nuestro equilibrio interior, nuestra homeostasis, cuando somos capaces de traer a nuestras mentes catástrofes, enfados, riñas, traumas, abandonos, miserias… Pensamientos todos ellos muy tóxicos, nos ponemos en alerta o bien huimos de la situación en la que estamos pensando, y, es así cuando sin darnos cuenta se dispara nuestro cortisol, como si fuera hacer frente a nuestro horror, a nuestra catástrofe… Si esto lo realizamos con frecuencia, ese cortisol que nos puede ayudar, acaba siendo tóxico, porque lo estimulamos en momentos que no son ciertos… y, aún nos desajustamos mucho más, lo cual pasa desapercibido para nosotros, porque cada vez que recordamos o queremos recordar las miserias que nos han ocurrido tienen un impacto similar a la situación real que vivimos en otros tiempos, nuestro cerebro no sabe si lo que piensas es real o virtual, y actúa como sabe estimulando la señal de alarma.

El estrés, –y, ¡tú, estás ya en esa fase! -, disminuye la serotonina y aumenta los niveles de cortisol. Esto empeora nuestra salud tanto física como mental. Controlar tus niveles de estrés es importante para protegerte de sus efectos nocivos en la salud digestiva y, a la vez, en nuestro comportamiento. ¿Te quejas de micro inflamaciones?, ¿Tienes el estómago triste?, ¿No llegas a todo?, ¿Te joroba tener ahora puente, con las cosas que te faltan por hacer?… ¡Estás fatal, háztelo mirar!

Se me va acabando mi recuadro y quiero recomendarles, que si estos sentimientos los tienes ahora y ya, es que necesitas un parón en tu vida, trabajar no es para ti salud, estás equivocado, quieres llegar a todo, no es posible, tienes que cortar, tienes que cambiar el chip, llegar a todo es llegar a nada, sobre todo no llegar a lo importante, a tu salud, a la salud de tu familia y de tu empresa… Pierde el tiempo, vete a caminar todos los días media hora, siéntate con tu familia y distráete con una serie agradable, distraída, pierde el tiempo con tu gente y me dirás cómo realmente las microinflamaciones van desapareciendo poco a poco.

Dr. Emilio Garrido Landívar, Psicólogo clínico y doctor de la Salud, Catedrático de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos (CEU)

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