Durante veinte años, Europa ha ido creciendo, se ha ido ampliando.
El 1 de mayo de 2004, la Unión Europea creció incorporando a Chipre, Chequia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia. La Unión se convirtió en una entidad política, económica y cultural más grande, que se extendía de Tallin a Lisboa, de La Valeta a Estocolmo, de Dublín a Nicosia. Incorporación, que años más tarde, se amplió con la adhesión de Bulgaria, Rumanía y Croacia.
El ritmo de cambio en toda la Unión Europea durante las últimas dos décadas ha sido notable hasta alcanzar los 450 millones de europeos. Ritmo con el que, según destaca la Comisión Europea, «la democracia y el Estado de derecho se han reforzado, a pesar de haber sido puestos a prueba en ocasiones. Las oportunidades tanto para las personas como para las empresas han aumentado».
Además, la Comisión añade que «con la ampliación de 2004, la UE se ha convertido en uno de los mayores mercados únicos del mundo. Hemos sido testigos de crecimiento y prosperidad. En los últimos 20 años, se han construido infraestructuras y conexiones modernas a escala continental en los 27 Estados miembros, gracias a las inversiones y los fondos de la UE. La sociedad europea se ha beneficiado de más innovaciones, inversiones públicas y privadas, la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas, normas más estrictas y mayores oportunidades».
Jóvenes, empleo nuevos ciudadanos