La inhabilitación como presidente del gobierno catalán de Quim Torra por parte del Tribunal Supremo, era algo cantado y no menos esperado. Ratifica por unanimidad la sentencia tomada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Una sentencia que no se ha cumplido.
Queda ver qué hará que se dejará hacer a Torra ahora. Cuando el actual gobierno Sánchez-Iglesias impulsará la la revisión y modificación de los delitos de rebelión y sedición del código penal en beneficio de los secesionistas y cabe recurso de amparo al Tribunal Constitucional, por ejemplo.
Los continuos ataques a España, a los españoles y a las instituciones de gobierno de este país, amén de su majestad al Rey, debían haber producido hace tiempo dicha inhabilitación y del cumplimiento de la ya dictada.
La reacción estudiada por parte de los cachorros del independentismo no se ha hecho esperar y Barcelona vivía ayer por la tarde y durante esta noche, los incidentes violentos de arranes y acerres contra la Policía autonómica catalana y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Está por ver la reacción del gobierno de Pedro Sánchez, seguramente movida en la mesura y en la lamentación por lo sucedido, que ayer mostró su deseo de que haya elecciones en Cataluña.