La Justicia, aunque efectiva, la mayoría de las veces es lenta, exageradamente lenta, y de ello los delincuentes se aprovechan.
Es el caso de aquellos que incumplen la legalidad constantemente cuando colocan “ikurriñas” en edificios oficiales, amén de otros elementos subversivos, como carteles de apoyo a los presos de ETA y demás.
La Justicia, saben, que les va a condenar, pero como pasa tanto tiempo… “mientras llega, nosotros a lo nuestro».
Y ese es el problema. La Justicia debería ser más rápida. No pueden salirse con la suya. Si hacen falta más medios, se les pongan.
Los buenos ciudadanos no deben pagar por los malos.