Mozos y toros de Miura en el tramo de Telefónica en San Fermín 2018. NAVARRA INFORMACIÓN
El número de participantes en el encierro de los sanfermines de Pamplona muestra una tendencia descendente y se ha situado en los últimos dos años en unas 13.000 o 14.000 personas, según se ha puesto de relieve en el I Congreso sobre «Seguridad en espectáculos taurinos»
Así, ha explicado en el congreso el director del Área de Seguridad del Ayuntamiento de Pamplona, Patxi Fernández, en 2012 se contabilizaron unos 20.000 corredores en los ocho encierros de las fiestas y, tras varios años en los que el número se ha estabilizado en unos 17.000, en los dos últimos años se ha vuelto a registrar un descenso.
Fernández ha indicado que este cálculo, que puede tener un margen de error del 10 %, se hace mediante el análisis de fotos del encierro.
El director del Área de Seguridad ha señalado que el encierro de Pamplona es un referente en todo el mundo y con el tiempo se han ido aplicando diversas medidas para aumentar la seguridad de los corredores, aunque el «riesgo cero», ha reconocido, es imposible en un evento de este tipo.
En este sentido, ha comentado que, si desde que existen registros y hasta 1979 se habían producido en el encierro 90 heridos por asta, de 1980 a 2000 se contabilizaron 152 y, de 2000 a 2019, otros 159.
Fernández ha hecho un repaso de los principales hitos relativos a la seguridad en el encierro, desde el primer bando relativo a la carrera, de 1867, hasta la ordenanza de 2014 que, entre otras medidas, incluyó la línea roja que los corredores no pueden superar al inicio de la cuesta de Santo Domingo.
De esta forma, ha agregado, se ha pasado desde una suelta de toros por las calles de Pamplona sin apenas seguridad a casi una pista de atletismo en un «estadio deportivo».
Estas mejoras, entre las que ha destacado el antideslizante en la curva de Mercaderes, han permitido que la duración del encierro haya pasado de los casi cuatro minutos de media en los últimos veinte años del siglo XX a los «dos minutos largos» desde 2005.
Fernández ha puesto de relieve los importantes recursos que se movilizan cada día en el encierro, entre ellos 70 carpinteros, 10 pastores y cuatro dobladores, 30 personas de servicios de limpieza, 22 miembros de Protección Civil, 200 agentes de la Policía Municipal y 80 de la Policía Foral, 100 voluntarios de Cruz Roja, 20 de DYA y cuatro médicos del Gobierno de Navarra, además de 16 ambulancias en diversos puntos del recorrido.
El encierro moderno, ha concluido, es «bastante seguro», teniendo en cuenta que cada día hay «seis toros en la calle», por lo que la seguridad en la carrera siempre debe estar «entre comillas».
Eugenio Salinas, miembro de la Comisión Taurina de la Casa de Misericordia de Pamplona, propietaria de la plaza de toros desde 1922, ha declarado que el encierro de la capital navarra tiene dos singularidades, la primera de ellas la masificación, que hace que prácticamente todos los días las más de 19.000 localidades de la plaza estén ocupadas en las corridas.
Además, ha comentado, está «el concepto» de la fiesta taurina de Pamplona que hace que haya momentos en los que parte del público «no tiene especial interés en lo que pasa en el ruedo» y se dedica a merendar, a cantar y a bailar, lo que supone una carga añadida para la estructura de la plaza.
Salinas ha indicado que, por ello, la Casa de Misericordia revisa constantemente el estado de las columnas y tendidos para garantizar la solidez de la estructura.
Ha intervenido asimismo en este congreso el jefe de la Policía Local de San Sebastián de los Reyes (Madrid), Antonio Zapata, quien ha informado de que, en su caso, el número de corredores puede llegar a unos 2.000 y el de espectadores, a 10.000.
Se trata de un encierro por calles de 6 a 9 metros de anchura, mayores que las de Pamplona, y de 810 metros de largo, algo menor que el de la capital navarra.
El punto más angosto y el de mayor peligro es el callejón de entrada a la plaza, lugar en el que se han habilitado varias medidas de seguridad para evitar riesgos a los corredores. EFE
