La presidenta socialista nacionalista vasca de Navarra no conoce lo que es el Apocalipsis.
Sus declaraciones ayer en el inicio de la campaña electoral del 10N, así lo demuestran. Decía la señora Chivite que sus rivales electorales le acusan de provocar un Apocalipsis por su gestión de gobierno cuando esto, el Apocalipsis, no existe.
Y vaya que existe, señora Chivite, desde el primer momento, además, cuando pacta con los «amigos» de los que homenajean a ETA e insultan a las víctimas: cuando reniega de sus ideas-propuestas de la pasada legislatura por contentar a sus socios de gobierno; cuando da cuotas de poder a quienes se ríen del sistema establecido e incluso quieren destruirlo; cuando dice una cosa y hace otra… Y todo en dos meses de presidenta, todo por estar ahí. No importa nada más.
Apocalipsis, «fin catastrófico o violento que conlleva la desaparición de una cosa». Y eso está provocado por un gobierno sustentado por cinco partidos, varios de ellos antisistema e incluso opuestos ideológicamente, que solo se unen para ocupar «poltronas» y «cargos. Da igual cómo.
El 10N se dirimen muchas cosas. Llega el Juicio Final en el que los votantes juzgan. Y como describe en su Evangelio el apóstol San juan, antes del Juicio final, llega el Apocalipsis. Y aquí ya lo tenemos, del socialismo navarro, a pesar de que se niegue. Pues existe, Chivite, existe.