En una jugada de estrategia, el lider de Ciudadanos, Albert Rivera, acaba de conseguir que el PP vaya de la mano con él. A una reunión, pero lo ha conseguido.
Ciudadanos propone que, junto a PP, estar dispuestos a abstenerse y propiciar con ello la investidura de Sánchez como presidente del gobierno, si su partido, por ejemplo, deja de pactar con el nacionalismo en Navarra o, aplica, de nuevo, el 155 en Cataluña.
De esta forma si Sánchez no acepta se habrá demostrado incapaz de pactar ni con la extrema izquierda, ni con el llamado «constucionalismo».
La pelota está en el tejado socialista, aunque, parece que de poco servirá, Sánchez quiere elecciones porque está seguro de que sus resultados van a ser buenos. Las necesita.
Mientras tanto, despreciando a los partidos políticos y, con ello, a los ciudadanos en un ejemplo claro de divismo puro y duro.
Así nos va.