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Un despliegue de seguridad sin precedentes blinda la frontera para el G7

Érika Zurbano

San Sebastián, 23 ago (EFE).- Un despliegue de seguridad sin precedentes en el que participan casi 20.000 agentes, 7.000 de ellos miembros de la Guardia Civil, Policía Nacional y Ertzaintza y otros 13.000 de las fuerzas francesas que actúan en territorio galo, mantienen blindada la frontera francoespañola en Irun con el objetivo de garantizar el desarrollo pacífico de la cumbre del G7 en Biarritz (Francia).

El dispositivo más imponente que han visto en las últimas décadas los habitantes de ambos lados del Bidasoa ultimaba este viernes sus preparativos horas antes de la llegada, prevista para este sábado, de los principales mandatarios de los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Gran Bretaña y Japón) que se dan cita en Biarritz en una reunión a la que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, acudirá como invitado.

De forma paralela, diferentes organizaciones sociales llevan a cabo una «contracumbre» desde el pasado miércoles, que se ha desarrollado entre Irun y las localidades vascofrancesas de Baiona y Urrugne sin ningún tipo de incidente, y cuyo acto central será una manifestación que discurrirá este sábado entre Irun y Hendaia (Francia), dos ciudades separadas por el río Bidasoa.

Por parte de la Guardia Civil, el operativo en Francia se inició el pasado lunes, aunque el mes de junio se llevaron a cabo simulacros, cuando alrededor de cien agentes de los grupos de reserva y seguridad del instituto armado se integraron en secciones de la Gendarmería para prestar servicios de prevención de forma conjunta.

Parte de estos efectivos han sido alojados en diferentes cámpines de Capbreton, Tusquets y Seginosse, situados en la región de las Landas francesas.

Según ha explicado a los medios de comunicación durante un recorrido por el territorio galo en el que se ha desplegado el operativo el teniente coronel de la Guardia Civil Javier González Benito, se trata de un dispositivo por «tierra, mar y aire», «ad hoc» y «a demanda de Gendarmería para cubrir sus necesidades».

Los puntos calientes en los que se refuerzan los controles son los accesos a Biarritz y el área de la frontera donde se llevan a cabo las reuniones y seminarios de la «contracumbre», ha indicado el teniente coronel, quien ha precisado que «la previsión es que no ocurra nada anormal que pueda alterar el desarrollo de la cumbre».

Diferentes unidades de la Guardia Civil especializadas en Seguridad Ciudadana, Fiscal y de Fronteras, de la Agrupación de Tráfico, de la Agrupación de Reserva y Seguridad, del Grupo de Acción Rápida y del servicio marítimo y aéreo, entre otras, forman parte de este blindaje cuyas consecuencias se han hecho notar en la vida diaria de los habitantes de ambos lados de la frontera.

La coordinación de estos efectivos situados en Francia se lleva a cabo desde el Centro de Coordinación Policial establecido en Biarritz en el que están encuadrados agentes del instituto armado y, de forma recíproca, agentes de la gendarmería francesa están integrados en España dentro de las unidades de la Guardia Civil.

En total son 1.878 efectivos de la Guardia Civil, 932 del Cuerpo Nacional de Policía, además de 4.000 miembros de la Ertzaintza, sobre quien recaen las competencias de tráfico y seguridad ciudadana en el País Vasco, además de agentes de la Policía Foral Navarra y de la Guardia municipal de Irun los integrantes de los dispositivos para garantizar el normal desarrollo de la reunión del G7, según explicó el jueves el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están «formados y preparados para prevenir hechos violentos» como los que han ocurrido en otras cumbres, aseguró Grande-Marlaska, que remarcó que estas incidencias son elementos «objetivos» que obligan a adoptar las medidas necesarias.

El Centro de Coordinación del operativo, instalado en la Subdelegación del Gobierno en la capital guipuzcoana, constituido el jueves por el ministro del Interior, y la mesa de seguimiento policial activada por el departamento vasco de Seguridad en Oiartzun, en el que estarán Ertzaintza, Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Foral de Navarra, y Policía Municipal de Irun dirigirán las labores de coordinación.

En el lado francés, 13.200 policías y gendarmes están apoyados por fuerzas militares que se encargan de proteger el espacio aéreo y marítimo y de efectuar las misiones de contraterrorismo.

Esta situación se suma a las circunstancias en las que se celebra la cumbre, en plena operación retorno de las vacaciones de verano, por lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda evitar el paso fronterizo de Irun estos días, aunque durante la mañana de este viernes no se han registrado retenciones en la AP-8 hacia la frontera. EFE

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