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Pamplona, la manada y las críticas de la santa inquisición leonesa

El pasado sábado 6 de julio, como todos los años, comenzaron las fiestas de San Fermín en Pamplona. Hasta la fecha, las fiestas han transcurrido con normalidad, salvo por el hecho de las agresiones e insultos sufridos por algunos miembros de la Corporación Municipal a manos de los fascistas e intolerantes de siempre, como había vaticinado días antes un concejal y reciente ex-alcalde de nuestro ayuntamiento. Hasta esta semana este edil ha sido conocido popularmente como Caravinagre por su parecido rictus con el famoso kiliki de estas fiestas, pero desde hace unos días se ha convertido en el brujo Lolo de Pamplona (el brujo Lolo irundarra si así lo prefiere).

Probablemente este hubiese sido el incidente más noticiable de nuestras fiestas por lo extraordinario y grave, si bien en las últimas horas, si seguimos los “noticiarios» y tertulias nazionales, la cuestión más candente, importante y novedosa de la actualidad sanferminera es el comentario del periodista navarro Javier Solano respecto del manoseado asunto de la manada.

Para quienes no lo sepan, Javier Solano, periodista de RTVE y comentarista de los encierros de Pamplona, respondiendo a una pregunta y comentando el citado asunto hizo referencia a su excepcionalidad y lo calificó como un accidente dentro de la globalidad de la fiesta, ya que se trata de un hecho de carácter excepcional en el desarrollo de la misma. En todo caso, el periodista mostró su radical disconformidad y su rechazo con los hechos acaecidos y este tipo de conductas en general. A mi parecer, un comentario educado, acertado, y sobre el que nada se puede reprochar.

Sin embargo, un sector periodístico español parece sentirse muy ofendido por las palabras de Solano. Sacando de contexto sus palabras, y realizando una interpretación torticera de las mismas, el Santo Inquisidor jefe leonés de La Sexta , Antonio García Ferreras, erigiéndose como máximo juzgador (a pesar de que la Wikipedia diga que es licenciado en periodismo por la UCM, supongo que obra de algún gracioso desoficiado que haya modificado la información ha eliminado su background como doctor en leyes y magistrado-juez por oposición,  que no por el quinto turno), ayer en su programa cargaba contra Javier Solano pretendiendo que este último había dicho que la agresión sexual así calificada por el TS  de la “manada» había sido un accidente. Ferreras insistía de forma reiterada en clave de reproche a Solano que la violación (término literal utilizado por él, aunque no muy técnico desde una perspectiva jurídica para tan alto magistrado del TS sala La Sexta de lo inquisitorial) nunca podía ser calificada como accidente. No es nuevo que García Ferreras utilice este tipo de técnicas para generar polémicas sintéticas que pongan al rojo vivo los instintos más bajos de algunas masas con una capacidad analítica cuestionable.

Es cierto que no sería aceptable pretender que un agresor sexual delinca por accidente. Tampoco lo sería que un terrorista asesine por accidente, que un periodista manipule por accidente, etc. Ahora bien, también sería injusto por mi parte pretender que los accidentes no existiesen. Podríamos preguntarle a Antonio García Ferreras, por ejemplo, si no fue un accidente que el 11 de marzo de 2004, siendo el jefe de informativos de la Cadena SER, en los informativos de los que era responsable se dijese que según fuentes del Ministerio del Interior los atentados acaecidos en Madrid horas antes habían sido ejecutados por terroristas suicidas ataviados de varias capas de calzoncillos, cuyos restos habían sido localizados en los diferentes trenes. Nunca se me ocurriría que un periodista objetivo, responsable de informativos de la mayor cadena de radio española, dijese o permitiese decir en antena esta sarta de falsedades salvo por accidente. De otra forma, sería una manipulación digna de censura por la e-inquisición, popularmente conocida como NEUTRAL.

Para ir concluyendo, no quiero extenderme en exceso, muestro mi apoyo a Javier Solano. Creo que era acertado su comentario en el que claramente venía a destacar la excepcionalidad de los hechos acaecidos y enjuiciados por el TS en relación con la “manada». Yo, y muchos otros pamploneses, somos de la opinión de que San Fermín es una fiesta extraordinaria, donde la inmensa mayoría de los asistentes tenemos un comportamiento cívico y apropiado, si bien, como en todas las fiestas masificadas, hay excesos, y en ocasiones, aprovechando este caldo de cultivo, aparecen delincuentes cuyo actuar responde a su condición. Por ello, nada puede reprocharse a la sociedad navarra por estos hechos, ya que los medios utilizados para prevenir delitos son todos los que están a disposición de la Administración General del Estado, de la Comunidad Foral de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona, y, como se ha visto en el caso en cuestión, si bien no se pudo evitar la comisión del delito, los mecanismos policiales y judiciales han funcionado correctamente y han terminado con los condenadoss en la cárcel, y la víctima agradeciendo la actuación de la Administración Pública y el Poder Judicial. No sería justo que la sociedad española o algún grupo periodístico pretendiese que la tierra de Ferreras, León, fuese un lugar peligroso donde se asesina a la gente por el hecho de que una vez tiroteasen a la presidenta de la Diputación en el centro de la ciudad,  o porque un delincuente abordase a una peregrina del Camino de Santiago en los alrededores de Astorga, la agrediese sexualmente y posteriormente la asesinara.

Estas palabras probablemente no sirvan para que García Ferreras rectifique, ni para que su medio pomelo censure la actuación de su marido en su NEUTRAL e-Inquisición, pero espero que al menos sirvan para que Javier Solano sepa que sus vecinos estamos de acuerdo con su reflexión y lamentamos que haya tenido que dar explicaciones en la retransmisión del encierro de hoy por una manipulación y ensañamiento periodístico posterior de quienes utilizan este tipo de artes para servir a fines espurios que nunca se pueden apoyar en la verdad y en los hechos.

Juan Pablo Ibáñez, abogado

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