Los ciudadanos, aunque la clase política parece pensarlo, no son tontos.
En la última encuesta conocida sobre los principales problemas que les atenazan, el mayor en estos momentos, es la política. Los ciudadanos están viendo cómo, tras las últimas elecciones, la clase política, sin dejar que gobierne la lista más votada, es incapaz de llegar a acuerdos. Es más, hasta incluso negarlos cuando todo parecía resuelto, es el caso de Podemos o de Vox.
Ve también cómo todo un presidente del Gobierno (aunque en funciones) desatiende sus ocupaciones y prefiere marcharse a Europa para conseguir tales o cuales puestos, para encima, no lograrlo. Y teniendo a Navarra a las puertas de un acuerdo de gobierno de PSN-PSOE con nacionalistas y Bildu, sin ser la lista socialista la más votada.
Ve también cómo un partido, Ciudadanos, tan pronto pacta con unos como con otros, cual veleta, sin importarle la palabra dada o ser honesto con sus votantes.
Ve a un recién llegado, Vox, que en una comunidad deja que gobierne el PSOE o en otra exige el «oro y el moro» para no llegar a acuerdos con quienes dijo que lo harían (PP y Cs). El PP, segunda fuerza política, intentando pactar gobiernos.
Ve, cual horror, cómo hay partidos a los que no importa pactar con otros que defienden las acciones y a los presos de ETA con tal de alcanzar el poder o que no importa pactar con independentistas de la misma manera.
No extraña, por tanto, que la preocupación por la política, alcance máximos históricos. El ciudadano se pregunta, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?