La postura que el Partido Socialista de Navarra va a adoptar en algunos ayuntamientos navarros deja en manos del abertzalismo más rancio que puedan gobernar unos y otros.
Votarse a sí mismos pudiera provocar que Bildu, en un ataque de maquiavelismo político, acabara dando la alcaldía a los candidatos socialistas.
Y ¿entonces? ¿Qué pasaría? En principio sorpresa y después la llegada a la alcaldía de unos candidatos atados de pies y manos ante los bildus y compañías. Incumpliendo, de soslayo, la palabra de que con Bildu, no.
¿Sería esto sensato? ¿Dimitirían a continuación dichos candidatos?
Lo que sí está claro es que la política navarra se sumiría en una crisis innegable, con ayuntamientos con difícil gobernabilidad y a merced de quienes abogan por la destrucción de Navarra y España, con un Gobierno y Parlamento sumidos en un caos político e inestabilidad, que se augura de breve duración.
¿Se merece esto Navarra? Queda tiempo para rectificar.