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Macri y Fernández, los dueños de la grieta en Argentina, sacuden la política

Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, los dueños de la «grieta» en Argentina, han sacudido el tablero electoral al trabar alianzas sorpresivas de cara los comicios presidenciales de este año que fagocitan a otras alternativas políticas

Cuando aún no ha pasado un mes desde que la expresidenta Fernández (2007-2015) desatara un terremoto político al anunciar que irá por la Vicepresidencia en una fórmula encabezada por Alberto Fernández, uno de sus exjefes de Gabinete y que se había vuelto un duro crítico del kirchnerismo, Macri ha hecho este martes su propia jugada.

Al igual que su acérrima rival, el mandatario argentino echó mano de las redes sociales para anunciar a su compañero de fórmula: el peronista Miguel Ángel Pichetto, líder del mayor bloque opositor en el Senado, le secundará en la candidatura por la reelección y buscar gobernar a Argentina por otros cuatro años.

Pichetto era hasta este martes uno de los puntales de Alternativa Federal, espacio integrado por dirigentes peronistas desencantados del kirchnerismo y combativos de las políticas de Macri y que, a partir de las movidas hechas por Fernández y el presidente, prácticamente ha implosionado.

Era, en cierto modo, la gran tercera opción.

«Esta jugada de los dos dueños de la grieta, que son Macri y Cristina, ha ido encerrando al resto de los actores, dejándolos sin aire para ensayar alternativas diferentes», dijo a Efe el analista político Jorge Arias, de la consultora Polilat.

Andrés Gilio, director de la consultora Opina Argentina, coincide en observar que tanto Macri como Fernández optaron como estrategia buscar votos hacia el centro del espectro político, representado por Alternativa Federal.

«Lo carroñearon», dijo a Efe Gilio.

Como en un juego de ajedrez, la expresidenta y actual senadora labró su jugada magistral eligiendo como candidato a presidente a alguien con capacidad de diálogo y de convencimiento sobre sectores que habían quedado lastimados por el kirchnerismo.

Así, se acercó a Sergio Massa, su exjefe de Gabinete, que se fue de su lado con claras disidencias y con quien está a punto de sellar una alianza electoral.

«Esto empuja más a Massa hacia el polo kirchnerista», comentó Gilio.

Massa era otra de las columnas de Alternativa Federal, espacio que ahora se queda prácticamente vacío, tan solo con el liderazgo del gobernador de la norteña provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey.

Según el análisis de Arias, con la jugada de Fernández «el Gobierno entró en pánico al ver que no le quedaban sectores sobre los cuales operar y se lanzó a tratar de sumar aunque sea pequeños sectores que puedan engrosar la propuesta macrista».

La conservadora Propuesta Republicana (Pro) que lidera Macri había llegado a la Casa Rosada a finales de 2015 como parte del frente Cambiemos, también integrado por la Coalición Cívica y la centenaria Unión Cívica Radical (UCR).

En el seno de esta última habían surgido fuertes disidencias respecto de las políticas de Macri, pero recientemente una convención partidaria decidió permanecer dentro de Cambiemos con la ilusión de que el mandatario optara por un radical como candidato a vicepresidente.

Eso ha quedado descartado este martes con la elección de Pichetto, lo que deja a los radicales sin margen de maniobra, entre la disciplina partidaria, la frustración de sus dirigentes y los guiños que le hace el peronismo para que se pase a las filas opositoras.

La unción de Pichetto como candidato también impacta puertas adentro de Pro, aunque allí el verticalismo partidario ciertamente limitara que las voces se alcen contra el dirigente peronista, una figura controvertida para el macrismo por haber impedido en el Senado que avanzaran los pedidos de la Justicia para quitar los fueros parlamentarios a Cristina Fernández, imputada en varias causas por presunta corrupción.

«El propio Pichetto es otra persona que se ha quedado sin opciones mejores que ir a entregarse a Macri, a quien se supone que estaba tratando de combatir. Es un triste destino», afirmó Arias.

Con el armado político labrado a dos puntas por Macri y Fernández, todo hace prever un escenario electoral aún más polarizado que hasta ahora.

Aunque queda la duda de si el nuevo escenario podría eventualmente beneficiar a uno de los pocos candidatos que queda en la vereda del medio, el peronista Roberto Lavagna, ministro de Economía entre 2002 y 2005, los de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.

«Quizá el que termine capitalizando ambas movidas sea Lavagna. Al quedar solo en el centro quizás termina beneficiándose, ese es un interrogante», planteó Gilio. EFE

Natalia Kidd

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