- Por José V. Ciordia, historiador
Tal día como hoy, un 8 de junio de 1972, durante la Guerra del Vietnam, un avión survietnamita lanzaba una bomba de napalm en la población de Trang Bang.
Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. La niña de apenas nueve años fue gravemente quemada, y corrió fuera de la población quitándose los restos de su ropa en llamas. En ese momento, el fotógrafo Nick Ut, tomó la fotografía y enseguida, llevó a la niña al hospital. Ella permaneció internada allí 14 meses, durante los cuales sería sometida a un total de 17 operaciones de injertos de piel con el objetivo de rehabilitar su cuerpo de las quemaduras sufridas durante el ataque con napalm.
La influencia de la fotografía tomada por Nick fue tal, que algunos historiadores han considerado que la imagen ayudó a frenar la guerra en Vietnam; pese a que, cuando fue tomada, la retirada de tropas estadounidenses estaba ya muy avanzada. La hoy mujer ha sido entrevistada en numerosas ocasiones, por periodistas, presidentes, primeros ministros, personas de la realeza, actores, etc. Ella comenta que «tan solo quería escapar de esa foto… quería olvidar que eso había pasado, pero ellos querían que todos lo recordaran»
Actualmente, Kim Phuc vive en las afueras de Toronto (Canadá) y todavía recuerda aquel día. Ahora, años después la mujer admite que sufrió secuelas durante años. Finalmente, logró recuperarse de las heridas físicas. Sin embargo, no podía encontrar la paz: sufría emocionalmente.
La mujer trató de encontrar la paz en la religión. El cristianismo le ayudó a seguir adelante y aprender a perdonar. «Desde que me convertí al cristianismo, tengo una maravillosa conexión… mi relación con Jesús y con Dios. Y a partir de ese momento, aprendí a perdonar», confiesa Kim.
Hoy en día Kim Phuc trabaja para la ONU y viaja por el mundo para contar su historia. «Estoy muy agradecida de que después de haberse tomado esta foto yo pueda trabajar con ella por la paz», dice. Además, inauguró la Kim Foundation International, una organización que presta ayuda a los niños víctimas de los conflictos armados. Asimismo, participa en la construcción de hospitales y escuelas para menores castigados por la violencia.