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Los impuestos que estamos pagando

El próximo domingo 26, miles de ciudadanos navarros están llamados a las urnas. Tenemos que volver a elegir a aquellos partidos y personas en los que vamos a depositar nuestra confianza para los próximos cuatro años. Y, como ciudadanos responsables, antes de tomar la decisión, deberíamos hacer balance y evaluación de lo que se ha realizado en la legislatura que termina.

Una de las reflexiones más importantes es la relacionada con la fiscalidad, es decir con los impuestos que venimos pagando en los últimos cuatro años. Al fin y al cabo, los políticos que nos gobiernan son, sobre todo, gestores de nuestro dinero y les pagamos sus sueldos todos los meses. En ellos confiamos para que nos exijan solamente lo justo y necesario, lo administren debidamente con visión de futuro, y no lo malgasten en sus objetivos partidistas. No es fácil la labor, pero como ciudadanos debemos evaluarla, y este es uno de los ejercicios más importantes de madurez democrática y cívica.

Como punto de partida, la mayoría de la sociedad navarra participa de un consenso, todos sabemos que es necesario pagar impuestos. El sostenimiento de los servicios públicos, la sanidad, la educación, las pensiones, las infraestructuras lo exigen. Los fundamentos materiales de una sociedad avanzada y desarrollada como la nuestra deben ser financiados, y para ello nos toca poner a todos, a unos más que a otros.

Pero dicho esto, hagamos un poco de memoria. En el año 2015, después de una feroz crisis económica, en la que se nos exigió a todos un esfuerzo fiscal mayor, se llevó a cabo una reforma tributaria en la que se produjo una rebaja generalizada de impuestos, que afectó a todos los contribuyentes. Se quiso devolver a la sociedad parte del esfuerzo que había realizado durante la crisis.

Aquello duró solo un año, pues el nuevo gobierno cuatripartito, atendiendo a los requerimientos especialmente de los partidos de extrema izquierda, se lanzó a una subida generalizada de impuestos en Navarra, que según sus propios datos, afectó a más de 168.000 contribuyentes principalmente de la clase media y media-baja. Conviene recordar la sorpresa, que muchos ciudadanos se llevaron en la campaña de la renta del año 2017, cuando vieron que sus facturas fiscales aumentaban de manera significativa, ya que a partir de bases de 19.500 euros había habido subida de impuestos. Por citar algunos ejemplos, un contribuyente con 2 hijos y una renta anual de 16.000 euros, pagaba más que en el resto de España y casi 400 euros más que en Madrid. Es decir que en 4 años han pagado 1.600 euros en exceso. O que una pareja con 2 hijos, con unas rentas de 38.000 y de 29.000 euros, como mínimo pagó 777 euros más de IRPF, es decir 3.108 de mas y si tenía 3 hijos, la diferencia ya ascendía a 903 euros, o sea 3.612 euros en 4 años, con el gobierno cuatripartito.

Recordemos también, si tus rentas son algo más altas, en 2015 en Navarra, a partir de 46.000 euros se pagaba el 40% de impuesto, y conforme iba creciendo la renta, se incrementaba la carga hasta el 48% como máximo. Por decisión del gobierno foral se subió este tope hasta el 52%. Flaco favor de cara a atraer talento e inversión para crear empleo.

Además, a muchos contribuyentes se les subió la carga impositiva de sus ahorros, y a otros muchos nuevos se les suprimió la deducción por vivienda.

No olvides que, si fuiste madre o padre, pagaste IRPF por las ayudas que recibiste cuando nacieron tus hijos. Y que Navarra fue el único lugar de España donde, tras una sentencia del Tribunal Supremo, no se devolvió a madres y padres lo que habían pagado a Hacienda por ello.

En el caso de que seas un empresario familiar, tendrás el dudoso honor de estar en el único territorio de Europa donde tu patrimonio empresarial, creador de riqueza y puestos de trabajo, pagará un impuesto sobre el patrimonio.

Y, sobre todo, valoremos si los navarros, después de este esfuerzo fiscal generalizado, y tras cuatro años de crecimiento económico tanto a nivel nacional como regional, hemos alcanzado mayores cotas de bienestar, los servicios públicos han mejorado ostensiblemente, y nuestra Comunidad Foral se ha desarrollado de manera especial. Mas bien parece detectarse un deterioro de algunos servicios como la sanidad, inactividad en las infraestructuras, ralentización del desarrollo, pérdida de imagen como región, consecuencia todo ello de un afán recaudatorio exagerado, cortoplacista y con motivaciones estrictamente ideológicas y políticas.

Cuando vayamos a votar, hay muchos asuntos que evaluar. Pero quizás uno de los primeros, pasa por valorar si el esfuerzo y los recursos extraordinarios respecto a otras regiones que se nos han exigido prácticamente a todos los navarros, han sabido gestionarse, administrarse y enfocarse a políticas que verdaderamente hayan supuesto que nuestra Comunidad se esté desarrollando claramente más que el resto y camine sólidamente hacia un futuro mejor. Da la impresión de que esto no es así, y habría que concluir que el gobierno cuatripartito nos ha salido muy caro.

Miguel Iraburu Elizondo, Coordinador del Comité Económico-Empresarial Círculo de Navarra en Madrid

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