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El himno alemán y su complicada historia se convierte en objeto de debate

El debate sobre el himno de Alemania, y su complicada historia en la que -tras surgir como una canción liberal fue posteriormente instrumentalizado por los nazis- ha revivido en estos días lo mismo que las propuestas de buscar alternativas a la música de Haydn y al texto de August Hoffmann von Fallersleben

«A la canciller le parece muy bello nuestro himno, tanto la música como la letra», dijo hoy, tratando de zanjar el debate, el portavoz del Gobierno Steffen Seibert tras una pregunta al respecto.

El origen del debate estuvo en unas recientes declaraciones del primer ministro de Turingia (este de Alemania), Bodo Ramelow.

Según Ramelow, muchos alemanes del este no cantan el himno, lo que a la larga puede generar un problema de legitimidad.

Ramelow dice que al cantar el himno no puede evitar que surjan en su cabeza imágenes de marchas nazis entre 1933 y 1945 y, además, expresó su temor de que sea instrumentalizado por los neonazis.

El texto original de Hoffmann von Fallersleben, escrito en 1841, tiene tres estrofas. La tercera, que empieza con «Einigkeit und Recht un Freiheit» (Unidad, derecho y libertad) es la letra del actual.

Durante la época nazi se cantaba la primera, que empieza con «Deutschland, Deutschland über alles» (Alemania, Alemania sobre todo) a la que se agregaba la letra del himno del partido nacionalsocialista.

Cuando Hoffmann von Fallersleben escribió el texto tenía en mente el ideal de la unidad alemana, que era el sueño del movimiento liberal del siglo XIX frente al absolutismo de los estados principescos.

El «Alemania, Alemania sobre todo» no apuntaba a una pretensión de hegemonía imperial, como se interpretó más tarde, sino a la superación de la división.

Durante el siglo XIX la «Canción de los alemanes» de Hoffmann von Fallersleben sólo fue una canción más entre muchas de los movimientos que buscaban la unidad.

Fue durante la I Guerra Mundial cuando, según aseguró en su momento el Estado Mayor, durante un combate en Bélgica los soldados alemanes empezaron a cantar espontáneamente el texto de Hoffmann von Fallersleben con la música de Haydn.

Durante la República de Weimar, por iniciativa del socialdemócrata Friedrich Ebert, la «Canción de los alemanes» se convirtió en 1922 oficialmente en el himno alemán.

Pasada la II Guerra Mundial, y tras el uso que le habían dado a la primera estrofa los nazis, el himno estuvo en entredicho e incluso fue inicialmente prohibido por los aliados.

Sin embargo, en 1952 el primer canciller de la postguerra Konrad Adenauer y el presidente alemán Theodor Heuss llegaron a un acuerdo para que las tres estrofas siguieran siendo el himno alemán aunque con la condición de que sólo se cantase la tercera

Dos años antes, la ahora extinta RDA había elegido otro himno, con letra del poeta Johannes Becher, posteriormente ministro de Cultura, y música de Hans Eissler. La primera estrofa, que empezaba con «Resucitados de las ruinas y mirando hacia futuro», hablaba en el cuarto verso de «Alemania patria unida».

Esto último llevó a que en los años setenta, cuando la idea de la unidad de Alemania era algo que ya sonaba a rebeldía en la RDA, el himno dejara de cantarse.

Cuando tras la revolución pacífica de 1989 se iniciaron las negociaciones para la reunificación de Alemania el tema del himno volvió a estar sobre la mesa.

El último primer ministro de la RDA, Lothar de Maiziere, hizo varias propuestas, como juntar la tercera estrofa del texto de Hoffmann von Fallersleben con la primera estrofa de Becher o asumir como himno un poema de Bertold Brecht, «Himno de los niños».

«Ni encima ni debajo de otros pueblos», dice el texto de Brecht, dándole expresamente la vuelta al «Alemania sobre todo» de Hoffmann von Fallersleben.

Sin embargo, las propuestas de De Maiziere fueron rechazadas y en 1991 a propuesta del canciller de la unidad, Helmut Kohl, y el presidente del momento, Richard von Weiszäcker, la tercera estrofa del texto de la «Canción de los alemanes» fue proclamada como himno de la Alemania unida.

La propuesta de Ramelow de buscar otro himno con el que se identifiquen todos los alemanes no parece haber encontrado muchos partidarios, ni siquiera en el este.

La propia Merkel, que encuentra bellas la música y la letra, viene del este. Lo mismo que el primer ministro de Sajonia (este del país) Michael Kretschmer quien sostiene que él asocia siempre el himno a la figura de Kohl y la lucha por la reunificación.

Por Rodrigo Zuleta

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