El fuerte dispositivo policial desplegado por las autoridades francesas y la aplicación de la nueva doctrina de seguridad, en particular las detenciones preventivas, limitaron este sábado los disturbios durante la vigésimo tercera jornada de protesta de los llamados «chalecos amarillos».
Se trataba de una fecha marcada en rojo por los autoproclamados portavoces del movimiento que comenzó en noviembre pasado y que, con altibajos, no ha dejado de protestar cada sábado desde entonces, con reivindicaciones heterogéneas.