Los ataques que estos últimos días viene, sufriendo sedes y candidatos de los llamados partidos constitucionalistas y foralistas de Navarra, demuestran el espíritu antidemocrático de aquellos que sólo aceptan el orden establecido cuando conviene.Ayer de nuevo radicales pintaban las sedes de UPN y Cs en Pamplona. Hecho que desde este medio condenamos y rechazamos.
También a nivel nacional sufren las iras de aquellos que emplean la violencia para conseguir sus fines. Ayer tocaba a PP.
Asombra e indigna, por tanto, que el todavía presidente, Pedro Sánchez, y su Gobierno se apoyen en opciones políticas que son capaces de utilizar la violencia para conseguir sus fines o no condenan estos ataques o los pasan de puntillas.
Unos fines que, por cierto, pretende romper España, cueste lo que cueste y valga lo que valga. Los ciudadanos asistimos, cual convidados de piedra -ahora convidados votantes- a este tipo de actuaciones. Debería ser ya el momento de rechazar este tipo de actos que solo rompen la convivencia de este país.