«Huy, había olvidado que esto estaba en mi bolsa» es la excusa más frecuente entre los pasajeros de avión en EE.UU. cuando la seguridad del aeropuerto detecta un arma en sus bolsos de mano, algo que la mayoría de veces no responde a una amenaza.
«La gente las lleva habitualmente y luego se les olvida cuando van al aeropuerto, por eso una de las cosas que les decimos es que presten atención», dice a Efe un portavoz regional de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), Mark Howell.
Granadas, estrellas ninja, réplicas de proyectiles de mortero, puños de acero y todo tipo de pistolas son algunas de las «joyas» que los agentes suelen encontrarse en los registros en las instalaciones aeroportuarias estadounidenses.
Tan solo en 2018 las autoridades detectaron 4.239 armas de fuego en el equipaje de mano de algunos de los casi 814 millones de pasajeros que pasaron por los puestos de control de los aeropuertos del país, lo que supone una media de 11,6 al día, según datos de la TSA.
Por aeródromos, el de Hartsfield-Jackson en Atlanta lideró el ránking del año pasado con el mayor número armas de fuego descubiertas en las bolsas de mano de los viajeros, con 298, de las que 253 estaban cargadas; seguido del de Dallas/Fort Worth, con 219 (193 con munición) y el de Phoenix Sky Harbor, con 129 (120 cargadas).
En la mayor parte de las ocasiones los viajeros acudieron con armamento no porque tuvieran planes de cometer un ataque sino porque lo llevan de manera habitual y se olvidaron de sacarlo de sus maletas de mano.
«Casi siempre no es intencional ni tiene ningún propósito», subraya Howell, quien explica que se suele imponer una «sanción civil» al pasajero, que puede ascender a 13.333 dólares.
Pese a que el objetivo no sea perpetrar ningún ataque, Howell llama la atención sobre el peligro que supone que muchas de las armas de fuego halladas estén cargadas con municiones, de hecho, el 86 % de las encontradas en 2018 lo estaban: «Por eso colaboramos con los agentes que aplican de ley para que traten estos casos», apunta.
En el país con más armas per cápita del mundo, donde cuatro de cada diez ciudadanos reconocieron tener una de fuego o vivir en una casa con armamento, según un estudio de 2017 del centro Pew, no es de extrañar que cada año sea mayor el número de usuarios «pillados» con una pistola, un puñal o cualquier otro objeto de este tipo en los escáneres de los aeropuertos.
«La cifra crece de un año para otro, hace diez se detectaron 800 armas fuego (en equipajes de mano en aeropuertos) y en 2018, 4.239», remarca el portavoz.
Ante este furor armamentístico, la TSA recomienda una serie de medidas para evitar retrasos en los aeropuertos y una posible sanción.
Si el viajero trae consigo su «espada favorita» podría volar con ella siempre y cuando esté enfundada o envuelta de manera segura y sea facturada antes de entrar en el avión.
Algo parecido aconseja esta agencia gubernamental para quienes insistan en trasladarse con armas de fuego, que tienen que ir descargadas y guardadas en una caja especial cerrada bajo llave, de la que el pasajero tiene que informar a la hora de facturar para embarcarla con el resto del equipaje.
Viendo el panorama de artilugios peligrosos encontrados en las maletas de mano toma un rato decidir cuál es el más extravagante.
«Quizá, un cortacésped eléctrico hallado hace un par de años», reflexiona Howell.
Cada año la TSA elabora una lista con el «top 10» de los diez objetos más raros detectados. Teniendo en cuenta que el más extraño en 2018 fue un guante similar al de Freddy Krueger, el siniestro protagonista de la saga de películas de terror «A Nightmare on Elm Street», da «miedo» imaginarse cuál será el de 2019. EFE
Susana Samhan