El autobombo y la complacencia con la que algunos retratan su etapa como gobernantes raya, muchas veces, lo absurdo.
Es el caso de las declaraciones de la consejera de Educación del Gobierno de Navarra, señora Solana. Declaraciones en las que manifiesta claramente el todo va bien y donde la critica brilla por su ausencia.
Declarar que todo va bien cuando la mayoría de los funcionarios de dicho departamento o han dimitido o han sido cesados, es no querer ver la realidad.
Una realidad, eso si, que muestra que solamente ha habido una preocupación, meter el batúa «hasta en la sopa» e intentar eliminar programas educativos, como el PAI, que no casan con la política de este departamento y, por ende, del su Gobierno.
Balance, por tanto, pésimo y muy mediocre. Cuándo de utiliza la Educación con fines partidistas e identitarios, pasa esto. Todo dicho