La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha celebrado este jueves en su sede, en Zaragoza, una jornada de participación abierta al público general, dedicada a los documentos iniciales del Tercer Ciclo de Planificación, inicio de la revisión de un documento fundamental y que desembocará en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro 2021-2027.
La presidenta del Organismo, María Dolores Pascual y el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica, Manuel Omedas, han abierto esta jornada-taller de carácter informativo, que se ha desarrollado dentro del programa de la CHE «Preparando el Día Mundial del Agua» y cumpliendo con las acciones de participación integradas en la revisión del Plan Hidrológico del Ebro.
Los documentos iniciales se encuentran en fase de consulta pública y se refieren al programa, calendario, estudio general de la demarcación y fórmulas de consulta. Por su parte, la segunda fase, como se ha explicado, consistirá en la redacción del Esquema de Temas Importantes, donde se definen los objetos de la planificación y la tercera y última fase, ya se centra en la redacción de lo que será el nuevo Plan Hidrológico del Ebro.
Tras la introducción se han desarrollado las dos presentaciones técnicas sobre el contenido de los documentos iniciales y sobre el análisis económico de los usos del agua, informa el Organismo en una nota de prensa.
En la primera, a cargo de Miguel Ángel García Vera, jefe de Área de Planes y Estudios de la Oficina de Planificación, se ha destacado la actualización de las características de la demarcación hidrográfica del Ebro y las novedades en la revisión de las masas de agua.
En las aguas superficiales se ha propuesto la creación de 15 nuevas masas, la eliminación de 24 (agrupándolas a masas próximas) y pequeñas modificaciones en la delimitación de 22 y en la denominación de 23. Para las masas de agua subterránea se ha propuesto la creación de tres nuevas masas para una mejora de la gestión administrativa.
Además, se ha presentado el resumen de las presiones e impactos de la actividad humana en la cuenca, que conlleva la identificación de las masas de agua con presiones significativas o altas y las que están en riesgo de no poder cumplir con los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua.
Estos análisis van en la línea de los estudios realizados en los anteriores ciclos de planificación y ponen de manifiesto las buenas condiciones globales de la cuenca del Ebro, aunque sigue siendo necesario mantener los esfuerzos en recuperar las masas de agua que no presentan indicadores conformes con la legislación.
Por su parte, Rogelio Galván, jefe de servicio de la Oficina de Planificación, ha abordado las cifras socioeconómicas ligadas al agua en la demarcación del Ebro.
La cuenca del Ebro es un territorio habitado por 3,1 millones de habitantes (el 7 % de España), con un centro del valle del Ebro que concentra los mayores núcleos urbanos y una periferia más montañosa despoblada donde, en comparación con el conjunto de España, hay un mayor peso del sector agrario y menor del de servicios, recuerda la citada nota. EFE