La eucaristía celebrada en la explanada del Castillo de Javier, ante miles de peregrinos, bajo el lema «Enviados«, ha puesto fin este domingo a la primera Javierada de 2019, en la que el Arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, ha animado a vivir la Cuaresma con oración, ayuno y limosna
En una mañana soleada en Javier, miles de peregrinos han participado a primera hora en el tradicional Viacrucis desde Sangüesa hasta el Castillo de Javier, localidad natal de San Francisco de Javier, patrón de Navarra.
En su homilía ante el Castillo de Javier, el Arzobispo ha asegurado que la oración «nos ayuda a renunciar la idolatría y autosuficiencia de nuestro yo», mientras que el ayuno «libera de la avidez y hace posible que el cuerpo se aligere».
En la actualidad, ha declarado Pérez, es normal que el dietista «indique la importancia de liberarse de alimentos nocivos, de exceso en alimentos grasos», porque «este ayuno hace mucho más ágil al cuerpo y le desintoxica de elementos nocivos para la sangre o por el exceso de glucosa en el mismo».
«Y si esto se hace para el cuerpo, mucho más lo hemos de hacer para el alma que puede verse enjaulada en una parálisis existencial», ha aseverado.
El ayuno, ha resaltado el Arzobispo, «nos priva de nuestras apetencias egoístas, nos fortalece para saber sufrir por amor, nos hace mirar las realidades materiales por lo que son y no por lo que nos comunican los intereses creados. Nos ayuda a tener el corazón en su lugar sagrado y no fuera de él como si estuviera al borde del precipicio».
Respecto a la limosna, ha aseverado que «no es simplemente una forma de solidaridad, sino la expresión de un amor que nos hace ver en el hermano la imagen perfecta y nítida de Jesucristo».
Unos 9.000 peregrinos han participado en la primera de las Javieradas de 2019, según cálculos de la Policía Foral, que ha contabilizado una afluencia de 35 autobuses y 1.800 turismos.
Cruz Roja ha realizado en esta Javierada un total de 606 atenciones, 55 más que en la peregrinación del año pasado, mientras que la DYA ha prestado 150 atenciones.
El primer antecedente de las Javieradas fue la peregrinación organizada por la Diputación Foral de Navarra el 4 de marzo de 1886 en acción de gracias a San Francisco Javier por no sufrir la epidemia del cólera.
Sin embargo, la primera Javierada oficial fue realizada el 10 de marzo de 1940, protagoniza por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, en la que participaron unos 5.000 peregrinos.