La consejera de Educación, María Solana, durante una comparecencia en el Parlamento. EFE/Jesús Diges
La consejera de Educación del Gobierno de Navarra, María Solana, ha señalado este viernes que dio “un apoyo absolutamente rotundo” al anteproyecto de reforma de la LOMCE al considerarlo “bueno, necesario y que podía haber venido a solventar muchos problemas”.
Así lo ha indicado en una comisión parlamentaria, a petición de EH Bildu, en la que ha sostenido que la LOMCE “no es un modelo para nada y, desde luego, menos todavía como modelo de participación”.
Ha añadido, que “es una gran pena” la disolución de esta legislatura ya que “la ley requería una forma, un contenido, y debía debatirse” en el Congreso de los Diputados.
Por su parte, el director general de Educación, Roberto Pérez, ha señalado que Navarra defendió que el mundo educativo necesitaba un pacto y “una fase amplia de estabilidad legal educativa para poder conseguir que nuestro sistema y profesorado tengan una ley de referencia”.
También el director general transmitió, en su momento, que era “prioritario” derogar la LOMCE “para evitar aquellos problemas que está provocando en el sistema educativo”.
Ha avanzado que, por parte de los representantes navarros, en las diversas reuniones celebradas, se pidió que “todos” los centros incluyeran, en todas las etapas educativas, la educación para la eliminación de todas las violencias contra las mujeres y las niñas, el aprendizaje de nuevos modelos de masculinidad y feminidad igualitarios o el respeto a las identidades, culturas, sexualidad y su diversidad.
Una petición que, según ha comentado, “nadie había aportado” y que fue aceptada “por la mayoría de muy buen grado”, ya que “no existió una palabra en contra de este planteamiento de ninguna comunidad gobernada por nadie”.
Ha explicado, en orden cronológico, el proceso de este anteproyecto, que se abordó por primera vez en una reunión celebrada el 29 de noviembre del pasado año, donde se les planteó cómo se iba a trabajar y los plazos para poder hacerlo.
Así, se explicó la necesidad de que tenía que hacerse “con premura” para conseguir que pudiese entrar en funcionamiento para el curso 2020–2021, algo que exigía que los pasos previos fuesen “ligero, activos y rápidos”.
En cualquier caso, desde Navarra se mostraron de acuerdo en los plazos previstos, aunque constataron que era “muy corto”, pero que lo aceptaron porque llevaban trabajando en esa cuestión “desde hace tiempo”.
Por tanto, el 11 de diciembre del pasado año y el 9 de enero de este curso se desarrollaron unas sesiones “intensivas” y, para esta última fecha, el documento estaba “prácticamente finalizado”.
Finalmente, ha citado algunos de los “muchos puntos” que se abordaron como el fracaso escolar, mejorar la situación de la escuela rural, la eliminación de las reválidas, retomar la distribución de las competencias de las comunidades autónomas en el momento del curriculum o permitir que sean estas las que tomen las decisiones relacionadas con las lenguas que tengan. EFE.
