La ONG SETEM ha presentado este lunes la cuarta edición del Mobile Social Congress (MSC), unas jornadas que denuncian el «esclavismo moderno» y el impacto del ciclo productivo de la industria tecnológica, desde la mina, donde se extrae la materia prima, hasta el vertedero donde terminan los dispositivos.
«Esclavismo 2.0: de la mina al vertedero» es el nombre de la cuarta edición de este evento, que rehuye de la etiqueta «anti-Mobile World Congress» ni quiere ser vista como «la vertiente social del MWC», y que organizará charlas, debates y talleres para denunciar el modelo actual y mostrar alternativas que apuesten por «la soberanía tecnológica y una electrónica justa».
El congreso, que se celebrará los días 26 y 27 de febrero en el Pati Manning, dentro del recinto de la Casa de la Caridad de Barcelona, contará con ponentes internacionales y pretende dar una visión holística del modelo de producción tecnológica.
Entre las actividades organizadas, destacan talleres prácticos donde los participantes podrán llevar sus dispositivos electrónicos y un grupo de expertos les enseñarán a alargar su vida para «romper» el ciclo de la obsolescencia programada.
Los organizadores reivindican el MSC como un espacio independiente «de reflexión y debate sobre los impactos sociales y ambientales» de la industria electrónica, que consideran que «restan silenciados en el MWC».
Según los miembros de SETEM Laia Fargas y Jofre Güell, el modelo de producción y consumo de tecnologías «genera graves vulneraciones de derechos humanos, especialmente laborales, e impactos ambientales», y han lamentado que los productos están diseñados para fomentar el consumismo y dificultar el consumo responsable.
Una de las charlas programadas reflexionará sobre «el retroceso de derechos laborales» en países de Europa del Este que forman parte de la UE; otras debatirán acerca de los impactos sociales y ambientales de la minería en Chile, Armenia y Zambia, y también se analizarán las condiciones laborales en la manufactura electrónica y su vinculación con los suicidios en fábricas chinas.
El congreso también pretende fomentar el consumo y uso responsable con la difusión de experiencias de buenas prácticas en la administración pública, así como iniciativas para la reutilización y reciclaje de aparatos tecnológicos.
Otros de los talleres ayudarán a los participantes a instalar programas de «software libre» para «retomar el control sobre nuestras comunicaciones y datos» o para hacer un consumo más consciente de los teléfonos inteligentes. EFE