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Azuzar más que nunca el miedo, la estrategia común en la carrera electoral

Miedo a que se rompa España, miedo a la ultraderecha, miedo a perder derechos, miedo al poder del independentismo… Los partidos van a recurrir más que nunca al miedo del votante en la carrera a La Moncloa del 28 de abril.

O lo que es lo mismo, vótame a mí para que evitar que venga el otro, que es el peligroso.

La precampaña de las elecciones generales comenzará el próximo 5 de marzo cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, disuelva las Cortes, pero empieza de facto este fin de semana con los líderes y candidatos protagonizando ya actos de sus partidos.

Y si en cualquier carrera electoral partidos y candidatos se contraponen a sus rivales y avisan de los riesgos de apoyar al contrario, en esta cita con las urnas la advertencia será mayor y esos riesgos se recalcarán con más fuerza, en línea con la polarización que ya vive la política nacional.

Empezando por el mensaje del presidente del Gobierno. Pedro Sánchez ya lo dejó claro ayer cuando anunció la convocatoria electoral, la mayor amenaza es la «foto de Colón», la alianza de PP, Ciudadanos y la ultraderecha representada en Vox.

El jefe del Ejecutivo se presenta ya ante el electorado como el candidato «moderado» frente a la política de la crispación.

Y con esa idea hará campaña. Buscará movilizar a toda la izquierda, incluidos los descontentos de Podemos por las crisis internas de la formación morada, pero sin perder de vista a los votantes de centro preocupados por que Ciudadanos permita un pacto con Vox.

Hoy mismo Sánchez está en Sevilla con la expresidenta andaluza, Susana Díaz, quien ayer ya advertía de la necesidad de una gran movilización de la izquierda para evitar que se repita lo ocurrido en esa comunidad, donde el acuerdo de las derechas ya ha fructificado.
Sea cual sea su discurso, Sánchez se examinará también por su gestión de estos meses en La Moncloa.

En su entorno están convencidos de que dicha gestión se va a ver recompensada en las urnas y no contemplan otro escenario que no sea el del PSOE como la fuerza más votada.

Pablo Casado también recurrirá a los temores de muchos votantes para pedir el voto. En su caso, sobre todo, el miedo a la fragmentación de España.

Por eso insiste en que solo el PP puede hacer frente al desafío independentista y promete una aplicación indefinida del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

Y también subrayará una y otra vez de que Sánchez estaría dispuesto a volver a contar con el voto independentista -a cambio de prebendas y de poner en peligro la unidad de España- para seguir en la Moncloa.

En el PP ha habido voces críticas al discurso endurecido de Casado es lo que está haciendo perder votos dando alas a otras opciones como Vox, pero en su equipo están convencidos de que va por el camino adecuado, como también confían en poder encabezar una alianza de derechas que lleve a su líder a la Presidencia del Gobierno.

¿Y cuáles son los riesgos que pone Ciudadanos encima del tablero de juego para captar votos? Pues los de un «Gobierno Frankenstein II» -con Sánchez apoyado por el independentismo-, como ayer apuntaba Albert Rivera.

El líder de Cs, que en su momento firmó un pacto para la investidura -que resultó fallida- del líder socialista, admite ahora que su objetivo es acabar con el «sanchismo» y mandar al PSOE a la oposición por haber hablado con quienes buscan «liquidar» España.

La mayoría de los sondeos dan a Ciudadanos una importante subida de votos con respecto a los últimos comicios -junio de 2016- pero no tantos como para el «sorpasso» al PP.

Si las tres derechas suman Rivera podría volver a firmar un pacto de investidura, en este caso para facilitar la de Casado, aunque su vocación sigue siendo la de llegar a liderar él ese bloque.

«Somos la mayor garantía para que las derechas no vuelvan». Otra advertencia y otra apelación a los miedos, en este caso, por parte de la número dos de Podemos, Irene Montero.

Tocado por las crisis internas y con su líder, Pablo Iglesias, de permiso de paternidad hasta finales de marzo, Podemos se presenta como el guardián más fiable de las esencias de la izquierda y el único aval para evitar que la derecha vuelva a La Moncloa.

Una derecha a tres que según las encuestas tiene más posibilidades de gobernar que otras combinaciones, siempre que Casado y Rivera no tengan problema en volver a pactar con la ultraderecha de Vox.

El partido de Santiago Abascal, que confía en entrar con mucha fuerza en el Congreso y ser clave en la próxima legislatura, es sin duda el que más miedo ‘mete’ con el independentismo pero también el que más temor provoca con su discurso polarizado.

Y será el miedo a su llegada al que apelen muchos para movilizar a los votantes en esta elecciones que previsiblemente van a dibujar un nuevo Parlamento más fragmentado, si cabe, que el actual. EFE

Patricia de Arce.

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