Tres investigadores del Instituto de Smart Cities (ISC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), que forman parte del Grupo de Investigación de Inteligencia Artificial y Razonamiento Aproximado (GIARA), han elaborado, junto con un grupo de investigadores de Australia y otro de Taiwán, un algoritmo que permite mejorar, gracias a la inteligencia artificial, la comunicación entre cerebro y ordenador
El sistema desarrollado es capaz de interpretar qué está pensando el usuario en tiempo real; es decir, monitoriza la actividad cerebral y traduce determinadas señales emitidas por el cerebro para que puedan ser interpretadas por un dispositivo, como un ordenador, un teléfono o cualquier otro. Dicho sistema puede resultar muy útil en el futuro a personas dependientes o con grave discapacidad, al proporcionarles un nuevo canal de comunicación. Este avance se ha publicado en el número de este mes de febrero de la revista “IEEE Computational Intelligence Magazine”, editada por la Sociedad de Inteligencia Artificial del Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEEE, por sus siglas en inglés), la mayor asociación mundial de ingenieros. Los editores de esta publicación solicitaron expresamente este trabajo a sus autores, debido a su relevancia y al interés suscitado en la comunidad científica.
Los autores de los desarrollos matemáticos son el catedrático Humberto Bustince Sola y los profesores contratados doctores Javier Fernández Fernández y José Antonio Sanz Delgado, adscritos al Departamento de Estadística, Informática y Matemáticas y miembros también de Navarrabiomed (centro de investigación biomédica del Gobierno de Navarra y la UPNA) y del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA). En el artículo, han participado, además, investigadores de la Universidad Politécnica de Sídney (Australia) y de la Universidad Nacional Chiao Tung (Taiwán).
“Los equipos de Australia, de Taiwán y de la Universidad Pública de Navarra trabajan en monitorizar la actividad cerebral a través del electroencefalograma para descifrar intenciones, de forma que una persona pueda controlar determinados dispositivos a partir de su actividad cerebral. Es lo que se denomina, en inglés, ‘Brain-Computer Interface’ (BCI) o interfaz cerebro-ordenador —explica Humberto Bustince—. Con una muestra de personas voluntarias, los investigadores les pedían que pensaran, sin decirlo, si moverían la mano izquierda o la derecha. Así, obtenían datos, que era necesario clasificar”.