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Lindsey Vonn o el «instinto básico» de una campeona resiliente

Lindsey Vonn o el «instinto básico» de una campeona resiliente

Lindsey Vonn se retira este domingo. El descenso de los Mundiales de Are (Suecia) será la última prueba que dispute la estadounidense, cuyos 82 triunfos no iguala ninguna otra en la Copa del Mundo, competición que ganó cuatro veces, en la que capturó otras 16 Bolas de Cristal y en la que se quedó a sólo cuatro victorias del récord histórico del sueco Ingemar Stenmark.

La esquiadora más mediática del último decenio, campeona olímpica y doble oro mundial, se retira en la estación en la que ganó sus dos primeras medallas; después de 19 temporadas y con 137 podios en la elite, asfixiada por las innumerables lesiones que evitaron que su palmarés fuese aún más sobresaliente.

IDOLATRABA A PICABO STREET, DEBUT CON 16 AÑOS

Nacida hace 34 años en St.Paul, en el estado de Minesota, donde comenzó a esquiar, Lindsey Caroline Kildow se formó deportivamente en Vail (Colorado). Su ídolo era Picabo Street, campeona olímpica de ‘súper’ en Nagano’98 (Japón) y que entre sus éxitos cuenta el oro mundial de 1996 en Sierra Nevada (Granada). Lindsey debutó en Copa del Mundo con 16, en noviembre de 2000, en el eslalon de Park City (Utah, EEUU); y puntuó por primera vez en el supergigante de Val d’Isere (Francia), que acabó vigésima sexta, en diciembre de 2001.

OLÍMPICA A LOS 17 Y EN CASA

Cuatro veces olímpica, debutó en Salt Lake City 2002 (Utah), en su propio país; en unos Juegos en los que disputó eslalon y combinada, prueba que acabó en una más que notable sexta posición.

PRIMER TRIUNFO, COMO KILDOW, EN LAKE LOUISE, SU PISTA TALISMÁN

Su primer triunfo en Copa del Mundo llegó en diciembre de 2004, en el descenso de Lake Louise (Canadá), su pista talismán, en la que festejó 18 de sus 82 victorias. Ése fue su segundo podio, después del que había logrado en enero de ese año, al ser tercera, en Cortina d’Ampezzo (Italia), donde ganó en doce ocasiones.

SEGUNDOS JUEGOS: HELICÓPTERO DE SAN SICARIO AL HOSPITAL DE TURÍN

En 2006 afrontó sus segundos Juegos, los de Turín (Italia), en los que se accidentó de forma espectacular en el entrenamiento para el descenso y fue trasladada en helicóptero a un hospital turinés desde San Sicario. Dos días después, con muchos moratones y fuertes contusiones, compitió; y acabó octava, recibiendo en su país el premio al Gesto Olímpico.

DE LINDSEY C. KILDOW A LINDSEY VONN

En 2007 capturó sus dos primeras medallas en Mundiales -dos platas, en descenso y en ‘súper’, precisamente en Are- y sufrió su primer problema serio con el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Eso, antes de casarse con el ex esquiador Thomas Vonn, con el que había coincidido en el ‘US Team’ en los Juegos de Salt Lake City; que pasó a integrar su equipo de entrenadores y del que se divorció en 2011. Lindsey mantuvo su apellido de casada, con el que siguió compitiendo.

CUATRO GRANDES BOLAS DE CRISTAL, OCHO COPAS DE DESCENSO

Única, entre hombres y mujeres, en anotarse ocho veces la Copa del Mundo de descenso (disciplina en la que nadie iguala sus 43 triunfos), ganó dieciséis Bolas de Cristal pequeñas: sumó otras cinco de supergigante y tres más de combinada.

Ganó cuatro veces -la temporada 2007-08, las dos siguientes; y la 2011-12- la Copa del Mundo, competición que en mujeres sólo se ha anotado más veces (seis) la austriaca Annemarie Moser-Pröll.

GLORIA OLÍMPICA: VANCOUVER 2010

A la tercera fue la vencida. Un año después de sus dos títulos Mundiales, en descenso y en supergigante y en Garmisch (Alemania), en Whistler Mountain (Columbia Británica) ganó el oro olímpico en descenso, la prueba reina. En sus terceros Juegos, los de Vancouver 2010 (Canadá), en los que también capturó bronce en el ‘súper’.

2010-11: LA COPA QUE ENFRIÓ SU AMISTAD CON MARIA RIESCH

En Europa instalaba su cuartel general en Garmisch-Partenkichen (Alemania), estación en la que ganó sus dos oros Mundiales, en 2009, por lo que habla bien el alemán. Durante aquellos años fue muy amiga de la bávara Maria Riesch -pasaba las Navidades en su casa-, que evitó que Lindsey no ganase cinco veces seguidas la Copa del Mundo.

Fue el curso 2010-11, en el que Riesch ganó la competición con sólo tres puntos de ventaja sobre Vonn (1.728-1.725): en las finales de Lenzerheide (Suiza), donde se suspendió la última prueba, el gigante, por mal tiempo. Decisión polémica que aceptó la federación alemana, pero no la estadounidense; y que provocó el final de una amistad. Que se retomaría años después, pero con menor intensidad.

GANADORA EN TODAS LAS DISCIPLINAS

La primera prueba del curso que acabó con su cuarto triunfo final en la Copa del Mundo coincidió, en octubre de 2011, con su primera victoria en un gigante, el de Sölden (Austria). Ese día entró en el selecto club de ganadoras en todas y cada una de las disciplinas, que integraban asimismo la austriaca Petra Kronberger, las suecas Pernilla Wiberg y Anja Paerson y la croata Janica Kostelic; y al que se unirían posteriormente la eslovena Tina Maze y -esta temporada- la estadounidense Mikaela Shiffrin: su sucesora en el trono blanco.

«¿QUÉ VAN A HACER, ACUSARME DE FUMAR?»

Con la retirada del austriaco Hermann ‘Herminator’ Maier, posiblemente el más espectacular campeón de todos los tiempos, Lindsey se convirtió en la figura más mediática del esquí alpino. Con gran parecido físico, en 2013 no dudó en ponerse un apretado vestido blanco y emular la escena del interrogatorio y el famoso cruce de piernas de Sharon Stone en ‘Instinto Básico’ (‘Basic Instinct’). Fue portada del ‘ESPN magazine’ y en el vídeo del ‘making of’ no desentonó al citar la famosa frase de «¿Qué van hacer, acusarme de fumar?».

LESIÓN GRAVE EN SCHLADMING 2013 Y AUSENCIA EN LOS JUEGOS DE SOCHI

En 2013, Lindsey se accidentó en el supergigante de los Mundiales de Schladming (Austria), siendo evacuada de nuevo en helicóptero a un hospital, en el que se la diagnosticó rotura de los ligamentos cruzado anterior y medio colateral de la rodilla derecha, así como una fractura de la meseta tibial. Se centró en la recuperación, con miras a los Juegos de Sochi’14 (Rusia); y, a pesar de estar fuera de combate el último mes y medio de competición, su ventaja era tan amplia que ganó la Copa del Mundo de descenso. Por un solo punto.

Recayó de su lesión a finales de 2013, en Francia; y tuvo que renunciar a los Juegos Olímpicos, a los que fue como comentarista.

BATIÓ EL RECORD DE MOSER-PRÖLL EN PRESENCIA DE TIGER WOODS

Vigente durante 35 años, Vonn igualó y superó, en dos jornadas seguidas y en Cortina (Italia), el histórico récord de victorias en Copa del Mundo (62) de la legendaria Moser-Pröll, en la no menos mítica pista ‘Tofana’. Lo hizo en enero de 2015 y en presencia de otra súper-estrella, su compatriota Tiger Woods, con quien salía entonces (Lindsey fue la primera relación ‘seria’ que se le conoció al golfista tras su divorcio de la modelo sueca Elin Nordegren).

QUISO COMPETIR CONTRA LOS HOMBRES EN DESCENSO

43 veces triunfal en descenso, prueba en la que subió nada menos que 66 veces al podio y en la que competía con esquís de hombres (más largos, alrededor de 2,10 metros); Vonn intentó, de forma infructuosa, medirse a ellos en esa disciplina. Una idea que descartó la FIS (Federación Internacional de Esquí) y que tuvo el rechazo de algunos, entre ellos el austriaco Hannes Reichelt; y el apoyo de otros, como sus compañeros de marca (Head) y amigos noruegos Kjetil Jansrud y Aksel Lund Svindal. Este último también se retirará después de estos Mundiales.

«REPRESENTO AL PUEBLO AMERICANO, NO A SU PRESIDENTE (TRUMP)»

Se preparó a conciencia con miras a un canto del cisne deportivo en los Juegos de PyeongChang 2018, en Corea del Sur. Y fue el centro de otra polémica en su país, al afirmar que, en caso de ganar un oro, no acudiría a la recepción presidencial en la Casa Blanca; en clara oposición a su inquilino, Donald Trump. Se justificó afirmando que ella representa «al pueblo americano y no a su presidente».

LLEGÓ A LOS JUEGOS DE COREA PARA «GANAR EN HONOR» A SU ABUELO

Como la gran estrella que es, se presentó como auténtica ‘prima donna’ en su multitudinaria conferencia de prensa nada más llegar a PyeongChang -en la que compareció con guantes y con su perrita Lucy-. Una comparecencia que acabó entre lágrimas afirmando que quería «ganar en honor» a su abuelo Don, un veterano de la Guerra de Corea que le había inculcado su amor por el esquí; muerto tres meses antes de los Juegos y cuyas cenizas vertió en zona olímpica tras ganar el bronce en el descenso: un botín que se antojaba exiguo.

APUNTÓ AL RÉCORD DE STENMARK, PERO SUS RODILLAS DIJERON ‘BASTA’

Antes de la apertura de este Copa del Mundo, Lindsey dejó claro en Sölden, que se retiraría al final de esta temporada, apuntando al récord histórico de victorias en Copa del Mundo del gran Stenmark (86). Pero al retrasarse su vuelta a las pistas y perderse -debido a una nueva lesión- las pruebas de Lake Louise (Canadá), su ‘salón de estar’, se planteó incluso disputar, como despedida, las pruebas de la próxima temporada en su ‘estación talismán’. La realidad la hizo cambiar de opinión y ni siquiera llegará al final de ésta: sus rodillas, especialmente la derecha, ya no aguantan.

No mejoró el récord del sueco, al que, no obstante, supera en Copas del Mundo: Stenmark ganó 19, pero nadie iguala las 20 de Vonn.

ABDICA Y DEJA HEREDERA

Vonn deja sucesora: su compatriota Mikaela Shiffrin, que con 23 años ha ganado todo lo que se puede ganar en el esquí alpino. Con Shiffrin -doble campeona olímpica y cuádruple del mundo, que avanza firme hacia su tercera Copa del Mundo, en la que cuenta 56 triunfos- ya escenificó el traspaso de poderes en Cortina, donde, tras ser decimoquinta y novena en los descensos, no acabó el supergigante, que ganó la niña prodigio reciclada en devoradora de récords.

Lindsey abandonó Italia entre lágrimas y, tras saltarse las pruebas de Garmisch, hace dos viernes anunció que competiría por última vez en Are. Donde cedió definitivamente el bastón de mando: su «instinto básico» la impulsó a arriesgar más de la cuenta y se accidentó en el ‘súper’, que ganó la campeona de Vail (Colorado).

Nobleza obliga. Shiffrin se reservará para el gigante y en el eslalon -disciplina en la que podría apuntarse su cuarto título seguido- y no competirá en el descenso: pase lo que pase, todos los focos se centrarán este domingo, de nuevo, en la gran Lindsey. EFE

La estadounidense Lindsey Vonn (c) tras sufrir una caída, el pasado martes en el Supergigante femenino del Campeonato del mundo de esquí alpino, en Aare, Suecia. EFE

La estadounidense Lindsey Vonn (c) tras sufrir una caída, el pasado martes en el Supergigante femenino del Campeonato del mundo de esquí alpino, en Aare, Suecia. EFE

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