Una de las preocupaciones del nuevo gobierno andaluz, tras más de tres décadas de gobierno socialista, dicen, es eliminar la administración paralela existente y, con ello, hacer desaparecer organismos, instituciones, que no sirven para nada.
Una de ellas, aunque ésta a nivel nacional, debería ser el Centro de Investigaciones Sociológicas, el llamado CIS.
Dicho organismo se ha convertido, últimamente, en el hazmerreír. Encuestas, estudios que realiza, son tomados a la ligera por su tremenda parcialidad. No es de extrañar que cualquier análisis, por ejemplo, electoral, provoque hilaridad.
El CIS, dirigido hoy por un amigo del todavía presidente Sánchez, es capaz de tergiversar los resultados obtenidos con tal de perjudicar a los no amigos del presidente. Hecho que pudo verse en Andalucia, cuando se anunciaban datos muy favorables a determinado partido y muy malos para el resto, y, más bien, sucedió todo lo contrario. Y continúa viéndose en las encuestas nacionales como la publicada ayer.
Organismos como este deberían desaparecer, solo sirven para «colocar a dedo» y con ello falsear la realidad, y no, por equivocación.