«Quién te ha visto y quién te ve» es un dicho popular que bien pudiera aplicarse al actual ministro del Interior, señor Marlakca.
Hace unos años era considerado por el mundo abertzale un azote al que había que quitar de en medio, ya que aplicaba las leyes hacia el mundo etarra con contundencia y eficacia.
Hoy, y a tenor de sus últimos actos, bien pudiera ser considerado el azote de las víctimas de la barbarie etarra. Al ser miembro del gobierno del señor Sánchez, un gobierno sustentado por nacionalistas, entre ellos el PNV y Bildu, tiene que llevar a cabo el pacto firmado con ellos que no es otro que el acercamiento de los presos de ETA y su liberación.
No extraña, por tanto, que utilice el manido argumento de que ETA no mata y que se ha disuelto y que, por ello, no hay que mirar atrás.
Se le podría decir varias cosas: ETA no mata ahora porque no interesa y disolverse, no se ha disuelto, está solamente en estado latente.
Qué decir de las víctimas, señor Marlasca, ellas, muchas de ellas, están «bajo tierra», nadie les puede consolar y, sin embargo, a sus verdugos que están vivos,lamentablemente, se les quiere consolar, se les quiere liberar.
Nada más.