El alcalde de Pamplona Joseba Asirón continúa prestando más oídos a los violentos, a los que incumplen las leyes, que a quienes tienen que hacer cumplirlas.
Para más colmo, vuelve a ofrecer a los «okupas» otros edificios para que hagan lo mismo que con el Palacio del Marqués de Rozalejo, destruirlo y aprovecharse mientras duraba la destrucción, para «hacer negocios». ¡Ver para creer! y así es.
Por lo visto llevarse bien con los «okupas» y con los «abertzales», es sinónimo de votos.
Para este año se anuncian municipales y el alcalde pamplonés quiere seguir comandando el chiringuito. De ahí su apoyo a lo que no tiene apoyo, se mire por donde se mire.
No puede un representante público apoyar a quien incumple las leyes. Si se hace, se debería incurrir en ilegalidades y ser sancionado por ello. Pero eso, es otra cuestión…