La credibilidad del presidente Sánchez hoy debería estar definitivamente por los suelos.
Hace no mucho tiempo, prometía que su gobierno no iba a haber nunca una persona que tuviera una sociedad para pagar menos impuestos.
¿Cuántos ministros tiene Sánchez que incumplen dicha norma? Unos cuantos, pero, ninguno dimite. La falacia presidencial está clara.
Y mientras tanto el déficit de la balanza de pagos cada vez más alto y sin visos de mejoría y provocando una desaceleración de la economía de consecuencias nefastas para los ciudadanos que, como siempre, son los paganos de todo.