El exterior de una tienda de Ikea / EFE
UPN ha instado al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Pamplona a trabajar por que la previsible instalación de Ikea en Navarra se lleve a cabo en terreno íntegramente de la capital y no en el que se baraja actualmente que afecta además a Galar, para lo que «hay alternativas»
Así lo ha asegurado en rueda de prensa el portavoz municipal regionalista, Enrique Maya, quien ha dicho «compartir los argumentos» económicos y de servicio a los consumidores navarros que «justifican» la previsible instalación de Ikea, pero su grupo «debe velar por los intereses de la ciudad» y por ello reclama que los «beneficios directos» de la operación reviertan en Pamplona.
Al respecto, ha recordado que la opción con la que trabaja el Gobierno de Navarra es la instalación en los terrenos que ocupa el edificio abandonado de la antigua Superser, propiedad de la empresa pública Nasuvinsa y que comparten los municipios de Pamplona y Galar, con lo que la licencia de actividad y otros impuestos sería compartida entre ambos ayuntamientos.
Así, ha señalado cuatro terrenos, privados algunos y con participación municipal otros, como son la superficie ya calificada como comercial frente al lago en el sur de Azpilagaña; el antiguo edificio de Matesa en la Rochapea; los terrenos comerciales en el Polígono de Agustinos; o los de la antigua Bosch en Buztintxuri.
Ha explicado que ahora se inicia un proceso en el que habrá que elaborar dos PSIS, uno urbanístico y otro comercial, y «en ambos casos Pamplona tiene mucho que decir» y puede proponer «otras alternativas» para esta ubicación de Ikea, que UPN quiere que se sitúe «dentro de Pamplona y no en la comarca», con el deseo de que su influencia «se note» en el comercio de la ciudad «y no sea competencia».
«No quiero pronunciarme sobre la mejor o peor alternativa», ha señalado Maya, quien también ha advertido de que las enunciadas tampoco son las únicas existentes, pero ya con su simple exposición se pretende llamar la atención sobre la posibilidad de otros lugares «que no sean un refuerzo de Galaria y sean un apoyo al comercio propio de Pamplona».
Al respecto, se ha referido a las cifras que indican la repercusión de la llegada de Ikea, que supondría unos 1,3 millones de euros en licencias de obras y 45.000 euros al año en ingresos de actividad, «y todos esos beneficios podrían revertir a Pamplona», ha dicho para asegurar que el «compromiso» de UPN es que si son para Pamplona «los reinvertiríamos en actuaciones de mejora de comercio del centro y de barrios».
También ha criticado la actitud del Gobierno municipal porque «todavía no ha dicho nada» al respecto. «Ellos gobiernan y están de perfil, cuando ante una operación de este calibre lo menos que deberían es debatir en profundidad esto», ha señalado.
Maya ha considerado «triste y preocupante» esta actitud, pues «mientras se estrangula el comercio del centro» o mientras los comerciantes de la zona de Pío XII «están que trinan» por la «desafortunada» actuación de tráfico en la zona, el Ayuntamiento no actúa en la operación de Ikea pese a sus posibles beneficios. EFE
