Malos tiempos corren para la Iglesia Católica. Ahora hasta se le quiere quitar la propiedad de aquellos lugares que, desde tiempo inmemorial, han sido utilizados como lugares sagrados y de culto.
Y es que se acusa a la Iglesia de haber matriculado no hace mucho tiempo todos estos lugares. Debe recordarse que la Iglesia tuvo que escriturar todos estos edificios y lugares, que hasta entonces nunca se había hecho, ante lo que le venía encima, la expropiación.
Y es que hay grupos que quieren hacer todo el mal posible a la Iglesia Católica. Y qué mejor mal que dejarle sin las posesiones que ha utilizado, mantenido y cuidado desde hace siglos.
No es de recibo que ahora se pida a la Iglesia que demuestre que lo que tiene es suyo, cuando, como ya se ha dicho, desde hace siglos, dicho patrimonio ha pertenecido “de facto“, a la Iglesia.
Surge la pregunta, ¿estaría ocurriendo lo mismo con otras religiones, la musulmana, por ejemplo? seguramente no, sin engaños y sin ambages.