La fusión con otra galaxia hace unos 10.000 millones de años llenó de estrellas el halo de la Vía Láctea e hizo que su disco se volviera más grueso, según un estudio publicado hoy en la revista “Nature” y basado en datos recopilados por el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Esa megafusión que dio forma a la Vía Láctea ha sido descubierta por un equipo de expertos liderados por la astrónoma Amina Helmi, de la Universidad de Groningen (Holanda).
En una investigación anterior, Helmi ya había planteado la existencia de una gran masa de estrellas en el halo de la Vía Láctea que compartían un origen común.
Ahora Helmi y sus colegas han encontrado que ese halo está dominado por estrellas derivadas de un impacto ocurrido hace unos 10.000 millones de años con otra galaxia más pequeña, de alrededor de un cuarto de la masa que tenía entonces la Vía Láctea.
“La colección de estrellas que encontramos con Gaia tiene todas las propiedades de lo que cabría esperar de los escombros de una fusión galáctica”, explicó Helmi en el artículo publicado en Nature.
En otras palabras, esas estrellas fueron consumidas por la Vía Láctea, cuyo disco se calentó a causa del impacto y se hizo más grueso, adoptando una forma inflada, de acuerdo con los investigadores. EFE