Resulta penoso comprobar que hasta algo que debería estar meridianamente claro cual es el número de asesinatos sin resolver de la banda terrorista ETA, salten las diferencias.
Ninguno de los españoles de a pie, podía imaginarse que saltaran chispas en ese aspecto entre las propias asociaciones de víctimas.
Los muertos, los asesinados por ETA, no pueden quedar impunes. Ninguno de ellos, desde el más pequeño al más grande. Da igual, dónde, cuándo y cómo. Hubo asesinatos y víctimas, realmente víctimas. Más que cuantificar el número, que, efectivamente, son más de 300 de los cerca de mil producidos por ETA, sus asesinos, deben ser encontrados, juzgados y condenados.
¿A qué viene mostrar estas diferencias públicamente? Todos los crímenes deben ser resueltos. No hay más. Todo lo demás sobra. Y algunos aún sin enterarse.